500 conectores
Para que la causa encaje con el efecto, las consecuencias correspondan a los antecedentes y para que los diversos párrafos de un escrito se articulen de manera variada y armoniosa.
Por: Fernando Vásquez Rodríguez - En: Caja de Herramientas para la
escritura
Los conectores o nexos se
entienden como una relación entre dos elementos: el elemento conector y el
elemento presupuesto. Estos conectores se manifiestan en el nivel léxico gramatical
tanto dentro de la oración como entre oraciones y contribuyen a que el texto
sea aprehendido como un todo coherente. Los que más se usan son las
conjunciones. A continuación se presentan algunos conectores y su relación de
significado:
Causa
y efecto: en concordancia, porque, por consiguiente, por esta razón, de ahí
que, puesto que, por lo tanto.
Adversativa
o de ruptura: pero, sin embargo, a pesar de, por el contrario, por más que, por
otra parte, aunque, aunque.
Temporal: después,
antes, anteriormente, más tarde, ahora, actualmente, entonces, últimamente,
cuando.
Orden: primero, a
continuación, luego, finalmente.
Resumen: por dichas
razones, en suma, en conclusión, resumiendo, en síntesis.
Aditivas o
Continuativas:
también, además, sumando. lo anterior, más aún, ejemplo, al mismo tiempo.
Énfasis: ciertamente, lo que es más importante,
enfatizando, repitamos.
Concesión: en vista de (esos datos), concedido
que, por supuesto, aunque.
Comparativas: como, así, de esta forma, de
este modo, ambos, al igual que.
Espacial: a través, al frente, a lo largo,
alrededor, detrás, por el otro lado, entre, debajo, detrás, en el centro,
afuera.
Condicionales: si, como, cuando, con tal que,
siempre que, dado que, ya que, siempre y cuando donde no.
Conjuntivas: y,
sin embargo, a pesar de, no obstante.
Disyuntivas: o, u, ya, bien,
sea, que.
A
A continuación...
A diferencia de...
A esas digresiones me ha conducido el...
A este propósito...
A mi modo de ver...
A partir de...
A partir de (que)
A primera vista...
¿A que seguir’? los
A veces, en cambio, hay...
Acaece, no obstante que…
Acéptese todo eso porque...
Acudimos a este ejemplo para...
Además, la...
Admitamos que...
Admito que aquí mi tema recuerda.
Adviértase que, a pesar de
todo,...
Afirmaré ahora que...
Ahora bien: los…
Ahora veamos...
Al afirmar que...
Al contrario...
Al lado de ello...
Al llegar a este punto...
Al margen de...
Al mismo tiempo.,.
Al respecto conviene decir que...
Algo más que añadir...
Alrededor de...
Análogamente, cabe preguntarse si...
Anotaré que...
Ante todo, rectifiquemos la idea sabida de que...
Antes de continuar insistamos en...
Añádase a este una...
Aquí conviene detenerse un momento a fin de...
Aquí he de referirme también a...
Aquí nos preguntarnos como...
Aquí vale la pena hacer una pequeña digresión sobre...
Así empezamos a cercar, pues, e1...
Así y todo...
Atengámonos ahora a...
Aún así...
Avanzando en el tiempo encontramos
B
Basándose en...
Bien pareciera por todo lo anterior...
Bien se que...
C
Cabe concluir que...
Cabe señalar que
Cabe señalar’.
Cierto es que.
Claro que esto no lo explica todo...
Comencemos con
Comencemos por evocar…
Comencemos dando algún ejemplo...
Como...
Corno breve conclusión, creo que...
Como dijimos al principio.
Como es natural…
Como es sabido...
Como quiera, las explicaciones.
Como quiera que sea, la...
Como se indicó.
Como se ve, los...
Como si fuera poco...
Corno ultima palabra deseo..
Como ya lo hice notar.
Comprenda. No es que..
Comprendemos que...
Con este ejemplo he querido...
Con esto en mente...
Con esto hemos cumplido una.
Con esto no quiero decir que…
Con lo que llevo dicho hasta aquí, me parece.
Con respecto al primer’ punto...
Con sano criterio...
Con todo...
Con todo y lo anterior...
Concibo, pues,...
Concluyamos, entonces, que...
Continuaremos la exploración de...
Contrapongamos a...
Conviene distinguir...
Conviene, sin embargo advertir que.
Corresponde preguntarse si
Creemos haber dicho lo suficiente para (sobre)
Creo haber mostrado que...
Creo indiscutible la afirmación de que.
Creo que aquí se ve bastante bien como...
Creo que con estas indicaciones.
Creo que llegamos al núcleo de..
Cuando...
Cuando dije que...
Cuando se dice...
D
Dado que
De acuerdo con...
De aquí, que.
De cualquier modo...
De entonces acá...
De esta circunstancia nace el hecho de que..
De esta manera..
De esta suerte es como...
De estas y otras páginas resulta que...
De igual modo...
De la misma manera...
De lo anterior...
De lo que llevo dicho...
De manera que..
De modo que el problema no es...
De otro lado...
De pronto...
De todos modos, cuando..
Debe quedar bastante claro que.
Debemos comprender...
Debo agregar que...
Dejando aparte por un momento al menos.
Dejando de lado....
Dejemos eso. La
Del mismo modo..
Dentro de este contexto...
Dentro de este marco ha de considerarse la...
Desde entonces, este...
E
En últimas.
Entendemos por..
Entiéndase bien: yo no
Entonces.
Entonces resulta que
Entre tanto, pedimos
Es así como.
Es decir...
En el caso que por ejemplo,...
Es fácil comprender por que
Es interesante examinar el problema también desde.
Es más…
Es natural que.
Es necesario recalcar que...
Es oportuno ahora...
Es por ello que...
Es prudente advertir que...
Es sabido por ejemplo, que.
Es significativa la importancia que tiene.
Es significativo que...
Es sintomático que...
Es verdad. El...
Esa iniciativa...
Eso es, pues,...
Estábamos diciendo lo que.
Esta descripción será incompleta si...
Esta línea de argumentación podría
Esta revisión, tan somera como inevitablemente personal,...
Estas consideraciones fundamentan mi propuesta de.
Este argumento corresponde muy bien a lo que...
Este es, por decir así, el...
Este motivo puede entenderse también como.
Este punto se puede destacar observando..
Esto es absolutamente cierto. Si...
Esto es, pues, lo que...
Esto nos lleva a..
Esto quiere decir que...
Exactamente.
Examinemos brevemente...
Examinemos minuciosamente este problema.
F
Finalmente.
H
Habría que decir también
Ha llegado el momento de
Hasta ahora...
Hasta aquí lo...
Hasta donde yo sé, nadie ha...
Hay, como se ve, elementos...
Hay en el fondo un...
Hay más: las...
Hay otro aspecto entre tantos del que...
Hay otro aspecto que...
Hay que advertir que...
Hay que reconocer que...
Hay que repetirlo: los...
Hay sin embargo, algunos...
He aquí, a mi juicio...
He aquí en pocas palabras como...
He aquí mas o menos como pensaba...
He citado ya...
He hablado de...
He hallado...He intentado probar que...
He llegado al término de...
He traído a colación...
Hemos dejado para el final...
Hemos dicho que...
Henos aquí no obstante, apenas...
Hubiera podido escoger...
J
Es justo decir
que...
L
La idea es
que...
La respuesta es fácil...
La tesis que ahora voy a expresar es...
La verdad es que...
Lo cierto es que...
Lo curioso es que...
Lo que acontece es que...
Lo que importa observar es que...
Lo que me interesa ahora es...
Lo que nos interesa aquí no es tanto...
Lo que nos lleva a decir que...
Lo que quiere decir que...
LL
Llegado a este
punto...
Llegamos aquí a...
Llegamos, pues, pues a...
M
Mas no se trata tan solo
de...
Mas tarde, en efecto...
Me doy cuenta de que..
Me explicaré. Los...
Me gustaría dejar claro que...
Me parece que...
Me refiero, por supuesto a...
Mi propósito es (era)...
Mirándolo así...
Muy contrario de lo que pasa con…
N
Nada o mas expresivo que...
Naturalmente que...
No cabe duda que...
No continuaré exponiendo...
No digamos, pues que...
No diré que...
No en vano me he detenido en...
No es de olvidar que...
No es difícil descubrir que...
No es eso todo...
No es extraño pues que...
No es fantasía afirmar que...
No es fortuito que...
No es preciso...
No es una casualidad el hecho que...
No está probado que...
No estamos lejos de ver como el...
No gastamos muchas palabras en...
No hay que apresurarse a...
No hay que apresurarse con todo a...
No: la realidad es ...
No pareciera necesario...
No pongo mas de un ejemplo: la...
No puede menos que...
No quisiera que más afirmaciones parecieran...
No se lo tome, sin embargo, por...
No se trata, a mi juicio de...
No teniendo pues, la urgencia de...
No voy a repetir aquí...
Notemos entonces cuán...
O
Observemos
cómo...
Observo ya venir una objeción...
O sea, los...
Otra cosa que se dice con frecuencia es que...
P
Paralelamente a...
Para algunos...
Para empezar..
Para ilustrar mejor...
Para los fines de nuestro argumento...
Para mejor entender...
Para poner a prueba...
Para precisar como...
Para quienes sostienen que...
Para simplificar podríamos decir que...
Parece perfectamente claro que...
Parece sin embargo como si...
Partiendo de...
Pasemos a...
Penetrémonos, ante todo, de que...
Pero...
Pero antes de...
Pero antes de seguir adelante consideremos...
Pero dejando de lado la...
Pero el caso es que...
Pero hay más: la ...
Pero hay otra definición...
Pero no nos perdamos en consideraciones...
Pero, no se juzgue por eso que...
Pero recapitulemos: ¿Es...
Pero quizá la respuesta que realmente corresponde...
Pero si se considera cuidadosamente...
Pero, sobre todo pienso en...
Pero tal vez debamos pasar primero revista a...
Pero todo eso... mas que...
Pero volvamos a nuestro asunto...
Pienso, por eso, que...
Podemos decir que...
Podemos distinguir...
Podemos interrumpir aquí esta...
Podemos observar como...
Podemos preguntarnos...
Pongamos otro ejemplo...
Por añadidura...
Por consiguiente...
Por ejemplo...
Por el contrario...
Por eso...
Por eso, cabalmente es...
Por eso, para mi,...
Por eso señalé que...
Por esta razón... (vía)...
Por eso puede decirse que...
Por lo expuesto al inicio de..
Por lo general...
Por lo tanto...
Por lo pronto...Por lo que sigue...
Por mi (su) parte...
Por simplicidad, podemos suponer que...
Por lo que sigue...
Por otra parte...
Por supuesto que.. Por todo esto creo que...
Por último...
Porque...
Porque, en teoría, la...
Porque no se trata de...
Precisa advertir que...Precisamente por.. porque...
Presuponemos (decisivamente) que...
Procedo ahora a la...
Prosiguiendo con el tema...
Pudiera creerse que...
Puede afirmarse ( pensar que)
Puedo, por lo tanto, definir también...
Pues bien: los...
Pues lo mejor es que...
Q
Queda definido...
Queda por aclarar...
Queda todavía un hilo al que...
Quiero concluir esta (este)..
Quiero creer que...
Quisiera añadir que...
Quisiera hablar ahora de...
Quisiera insistir en...
Quisiera que, ahora que estoy por hablar de...
Quisiera señalar una característica que...
Quizá, entonces...
R
Recapitulemos: al ---
Recapitulemos brevemente sobre...
Reconozcamos en cambio, que...
Recordaré, por último, los...
Recordemos que...
Referida a este contexto, las relaciones entre...
Registrado esto...
Respecto a lo que otros prefieren llamar...
Resulta que cuando...
S
Se comprende que...
Se deduce (infiere) que...
Se diría, pues, que...
Se enfrenta, pues, con...
Se ha dicho, (pretendido) que...
Se me figura, así de momento, que...
Se que mi planteamiento es...
Se trata desde luego de...
Sea, a modo de ejemplo...
Sea cierta o no esta...
Sea como (lo que) fuere...
Sea otro caso (ejemplo). Un...
Seguramente que...
Señalemos en pocas palabras...
Sería prudente...
Si bien...
Si echamos un vistazo sobre...
Si llamamos...
Si pensamos que este...
Si quisiera escoger un símbolo propicio para...
Si se tiene en cuenta que...
Si se toma como punto de partida...
Si tuviera que decir...
Si volvemos atrás...
Si, ya lo sabemos...
Siempre me ha parecido...
Siento, en efecto, la necesidad de...
Sin duda alguna...
Sin duda, (Algunas...)
Sin embargo...
Sin embargo, también a menudo...
Sin entrar en consideraciones sobre...
Sin paradoja, puede investigarse...
Sobran razones para...
Sorprende comprobar...
Sorprenderá tal vez que...
Sostengo que...
Soy de los que creen ...
Subyace en todos estos detalles...
Suele decirse que:..
Supongamos ahora...
T
Tal es, por lo demás...
Tal vez quepa hacer algunos comentarios, la...
Tales son algunos de los...
Tales son, en síntesis, (en general) los...
También cabe comparar...
También es cierto...
Tampoco nos corresponde exponer...Tan pronto como...
Tenemos en consecuencia, que...
Tenemos, pues, en grado...
Terminará diciendo que...
Tiempo hubo que...
Todavía mas: los...
Todo esto parece confirmar la...
Todo lo dicho hasta ahora, explica porque...
Todos reconocemos en cambio que...
Tomemos como punto de partida (ejemplo) la...
Torno a decirlo: esto...
Tras esta situación, abordemos...
Tratemos de...
U
Un corolario más...
Un poco de historia...
Una aclaración sobre...
Una última observación...Una vez hecha esta precisión..
V
Valga la verdad: el...
Vamos a intentar concluir pensando...
Vamos a recordar una vez más...
Vamos a ver rápidamente por que...
Veamos cuál es el contexto de ...
Veamos. El...
Veamos un ejemplo muy sencillo
Veamos lo que significa...
Volvamos a...
Volvamos a examinar...
Volvamos a intentar ahora...
Volvamos a nuestro asunto: ese...
Volvamos ahora la mirada hacia...
Volvamos al comienzo: el...
Volviendo ahora a...
Voy a referirme brevemente a..
Vuelvo a decirlo: la...
Y
Y además: el...
Y ahora debemos abandonar..
Y así...
Y como siempre...
Y esto nos conduce... (lleva)
Y llegamos a otro punto...
Y más frecuentemente todavía es...
Y no es mera coincidencia que...
Y no podría ser de otro modo, si...
Y ocurre indefectiblemente, porque...
Y por eso, la...
Y, sin embargo, ya estamos, sin lugar a dudas en...
Ya hemos hablado de...
Ya hemos, pues, descubierto...
Ya hemos visto como (que)...
Ya indiqué...
Ya lo veis: las...
Ya sabe que...
Yo creo, en realidad, que...
Yo estimo que, sea...
Yo no quería decir que...
Publicamos
este texto con autorización del profesor Fernando Vásquez R.
Recomendamos
consultar los 1500 conectores referidos en su libro Pregúntale al ensayista, editorial Kimpres, Santafé de Bogotá,
2005.
Marzo 28 de 2011
Lista de conectores gramaticales Ordenados por tipo y uso
Buscando algunos conectores en internet,
para un articulo que estoy escribiendo me encontre esta tabla, es muy buena,
lista alguno conectores lingüísticos y los ordena
varios según su tipo y su uso.
Espero sea muy útil
Conectores
Expositivo
|
Conectores
Argumentativo
|
Conectores
Narrativo
|
PARA EMPEZAR
Ante
todo...
El propósito que nos mueve
Hay distintas opiniones
Hablaremos
de...
|
En primer lugar...
Para empezar diré...
El tema que voy a tratar...
Todo empezó cuando...
|
Aquel día...
Érase una vez...
En... vivían...
Había una
vez...
|
PARA AÑADIR (marcar
orden,
insistir)
Primero, (-mente)
Lo siguiente
Y,
De nuevo
Finalmente,
Al lado de
En la misma línea...
Abundando en la opinión
Por una parte... por otra
Como se ha señalado,
En otras palabras,
|
En primer lugar,
Además,
También
Otra vez,
Al fin,
Más aún,
Igualmente...
Lo mismo dicen...
Junto a esto...
Repitiendo,
Como he dicho arriba,
|
En segundo lugar,
Del mismo modo,
Más aún,
Y lo que es más,
Por último
A su vez
De modo semejante
De hecho
Igualmente
Insistiendo,
Una vez más
|
MARCADORES DE TIEMPO
Antes,
Actualmente,
Simultáneamente
Más tarde,
Mientras tanto,
Tiempo después,
Pasando un tiempo...
|
Al principio,
Pronto,
Entonces,
Posteriormente,
En esa época
En el pasado,
...
|
Anteriormente,
Ahora,
Después,
Finalmente
En poco tiempo
Hasta ahora.
...
|
MARCADORES DE LUGAR
Aquí,/allí,
Más allá
En otros lugares
A la derecha
|
Arriba/Abajo
Más lejos
En la cercanía,
Junto a
|
Detrás
Enfrente
En la parte posterior,
...
|
PARA EJEMPLIFICAR
Por ejemplo
Para ilustrar
En concreto
|
De hecho
Entre otros...
...
|
En efecto,
En particular
...
|
PARA COMPARAR
Así,
De forma semejante,
Así como...así...
|
Asimismo
De igual forma
...
|
Igualmente
Del mismo modo
...
|
CONTRASTE (Para
contraponer,
matizar o argum. en contra)
Pero,
Por contraste,
A pesar de eso,
Por el contrario,
En contra de lo anterior,
Hay que tener en cuenta,
|
Sin embargo,
En contraposición,
Aún así,
En oposición,
A pesar de lo dicho
...
|
No obstante,
Más bien,
Por otra parte,
Al mismo tiempo
Aun con todo
...
|
CONCESION (Para
admitir algo)
Sin duda,
Naturalmente,
Admito que,
Aunque esto puede ser
|
Seguramente,
Por supuesto que...
Reconozco que...
...
|
Con seguridad,
Cierto que
Admitiendo...
...
|
RESULTADO(Deducción,
consec.)
Entonces,
Por lo tanto,
Por consiguiente,
Por ello es claro que
|
Así
Consecuentemente,
De aquí que,
Por todo lo dicho
|
Así que
Como resultado,
En consecuencia,
...
|
CONCLUSION
Finalmente,
Por tanto,
Para resumir,
Brevemente
|
Entonces,
Por consiguiente,
En síntesis,
Para acabar,
|
Así,
En conclusión,
Para concluir,
Abreviando,
|
PARA TERMINAR
Para terminar...
En resumen...
Como conclusión...
|
Todo acabó...
En pocas palabras:
Esto nos viene a decir que...
|
Al final
Finalmente...
Sería conveniente
|
USOS
Y FUNCIONES DE LOS SIGNOS DE PUNTUACIÓN
signos
ortográficos. Son todas aquellas marcas
gráficas que, no siendo números ni letras, aparecen en los textos escritos con
el fin de contribuir a su correcta lectura e interpretación. Cada uno de ellos
tiene una función propia y unos usos establecidos por convención. Hay signos de
puntuación y signos auxiliares.
a) Signos de puntuación. Sus funciones son marcar las pausas y la entonación con que deben
leerse los enunciados, organizar el discurso y sus diferentes elementos para
facilitar su comprensión, evitar posibles ambigüedades en textos que, sin su
empleo, podrían tener interpretaciones diferentes, y señalar el carácter
especial de determinados fragmentos de texto —citas, incisos, intervenciones de
distintos interlocutores en un diálogo, etc.—. La información relativa al uso
específico de cada signo se ofrece en su entrada correspondiente
b) Signos auxiliares. Sus funciones son muy variadas y se
explican en las entradas correspondientes a cada uno de ellos
coma2. Signo de puntuación (,) que indica normalmente la existencia de
una pausa breve dentro de un enunciado. Se escribe pegada a la palabra o el
signo que la precede y separada por un espacio de la palabra o el signo que la
sigue. No siempre su presencia responde a la necesidad de realizar una pausa en
la lectura y, viceversa, existen en la lectura pausas breves que no deben
marcarse gráficamente mediante comas. Aunque en algunos casos el usar la coma
en un determinado lugar del enunciado puede depender del gusto o de la
intención de quien escribe, existen comas de presencia obligatoria en un
escrito para que este pueda ser correctamente leído e interpretado. A
continuación se exponen los usos normativos de la coma.
1. Usos lingüísticos
1.1. Para delimitar incisos. Deben utilizarse dos comas, una delante del comienzo del inciso y
otra al final. En este caso, la coma sí indica pausa y el inciso se lee en un tono
más grave que el del resto del enunciado. La mayor parte de las veces puede
alternar, en este uso, con la raya y con los paréntesis. Los incisos pueden
ser:
1.1.2. Adjetivos explicativos
pospuestos al sustantivo u oraciones adjetivas explicativas: Los soldados, cansados, volvieron
al campamento con dos horas de retraso (se
explica que los soldados estaban cansados, de ahí que se retrasaran); o La casa, que está al borde del mar,
es muy luminosa (se explica
que la casa de la que se habla está al borde del mar). Por el contrario, si el adjetivo o la
oración adjetiva tienen función especificativa, no se escriben entre comas: Los soldados cansados volvieron al
campamento con dos horas de retraso (se
especifica que, del total de los soldados, algunos, los que estaban cansados,
llegaron con retraso); o La
casa que está al borde del mar es muy luminosa (se especifica que, de entre todas las
casas que hay en una zona determinada, se habla de la que está situada al borde
del mar).
1.1.3. Expresiones u oraciones de
carácter accesorio, sin vinculación sintáctica con los elementos del enunciado
en el que se insertan: Tus
rosquillas, ¡qué delicia!, son las mejores que he probado en mi vida; Se
presentó a comer, dime tú si no es para matarlo, con diez amigotes y sin
avisar.
1.1.4. Cualquier otra clase de
comentario, explicación o precisión a algo dicho: Toda mi familia, incluido mi
hermano, estaba de acuerdo; El buen gobernante, según sostenía un célebre
político, debe estar siempre preparado para abandonar el poder.
1.2.1. La coma separa los
elementos de una enumeración, siempre que estos no sean complejos y ya
contengan comas en su expresión, pues, en ese caso, se utiliza el punto y coma: Ayer me compré dos camisas, un
pantalón, una chaqueta y dos pares de zapatos.
Cuando la enumeración es
completa o exhaustiva, el último elemento va introducido por una conjunción (y,
e, o, u, ni), delante de la cual no debe escribirse coma:
Es un chico muy reservado,
estudioso y de buena familia.
No le gustan las manzanas,
las peras ni los plátanos.
¿Quieres té, café o
manzanilla?
Si la enumeración es
incompleta y se escogen solo algunos elementos representativos, no se escribe
conjunción alguna ante el último término, sino coma. La enumeración puede
cerrarse con etcétera (o su abreviatura etc.), con
puntos suspensivos o, en usos expresivos, simplemente con punto:
Acudió toda la familia:
abuelos, padres, hijos, cuñados, etc.
Estamos amueblando el
salón; hemos comprado el sofá, las alfombras, la lámpara...
Todo en el valle transmite
paz: los pájaros, el clima, el silencio.
1.2.2. Se separan mediante comas
los miembros gramaticalmente equivalentes dentro de un mismo enunciado. Al
igual que en el caso anterior, si el último de los miembros va introducido por
una conjunción (y, e, o, u, ni), no se escribe coma delante de esta:
Llegué, vi, vencí.
Estaba preocupado por su
familia, por su trabajo, por su salud.
No te vayas sin correr las
cortinas, cerrar las ventanas, apagar la luz y echar la llave.
No obstante, existen casos
en que la conjunción sí puede ir precedida de coma
1.2.3. Se aíslan entre comas los
sustantivos que funcionan como vocativos, esto es, que sirven para llamar o
nombrar al interlocutor: Javier,
no quiero que salgas tan tarde; Has de saber, muchacho, que tu padre era un
gran amigo mío; Venid aquí inmediatamente, niños. Cuando los enunciados son muy breves,
se escribe igualmente coma, aunque esta no refleje pausa alguna en la lectura: No, señor; Sí, mujer.
1.2.4. Se escriben entre comas
las interjecciones o locuciones interjectivas: Bah, no te preocupes; No sé, ¡ay de
mí!, cuánto tiempo más voy a poder soportarlo.
1.2.5. Se escribe coma para
separar el sujeto de los complementos verbales cuando el verbo está elidido por
haber sido mencionado con anterioridad o estar sobrentendido:
Su hijo mayor es rubio; el
pequeño, moreno.
Los que no tengan
invitación, por aquella puerta.
Nueve por tres,
veintisiete.
1.2.6. Se escribe coma delante de
cada una de las oraciones o elementos coordinados encabezados por adverbios
correlativos que funcionan como conjunciones distributivas o disyuntivas, como bien..., bien...; ora..., ora...;
ya..., ya...: Organizaremos
la fiesta, bien en tu casa, bien en la mía; «Medio atarantado dentro del huevo
de metal, ora oliéndose a sí mismo, ora las exudaciones de las láminas» (Fuentes Cristóbal [Méx. 1987]); «Habrá quienes estén de acuerdo con
el jeque Abdula, ya porque se quieran ir al desierto con él, ya porque
compartan su pesimismo sobre el futuro» (Schwartz Conspiración [Esp. 1982]).
También se escribe coma
delante de la correlación disyuntiva o
bien..., o bien (a veces, uno
de los dos términos se encabeza simplemente con o): «Al dar la pelota en uno de los
nervios del lomo de la piel holandesa, o bien rebotaba tan fulmínea, o bien
perdía su elasticidad» (Lezama Paradiso [Cuba 1966]); «Los adultos, [...] a partir de cierta edad, o bien
tenían los síntomas sin las enfermedades, o algo peor: enfermedades graves con
síntomas de otras inofensivas» (Ga
Márquez AMOR [Col. 1985]).
Se separan por comas las
oraciones yuxtapuestas de sentido distributivo: Unos se ganaban la vida cazando,
otros pescando, los más cultivando los campos; también las expresiones correlativas
que reproducen un mismo esquema gramatical, propias de dichos populares o
fórmulas fijas: Hecha la ley,
hecha la trampa; Ojo por ojo, diente por diente.
1.2.7. Es conveniente escribir
coma delante de excepto, salvo y menos:
«Todo me irrita, excepto la soledad» (Millás Desorden [Esp. 1988]); «Cristina siempre estaba a mano,
salvo cuando se daba una comilona de ratones» (Rossi María [C. Rica 1985]); «Los pobres lo perdonan todo, menos
el fracaso» (Sepúlveda Viejo [Chile 1989]).
1.2.8. Se escribe coma delante de
las conjunciones o locuciones conjuntivas que unen las oraciones incluidas en
una oración compuesta, en los casos siguientes:
a) Ante oraciones coordinadas
adversativas introducidas por pero,
mas, aunque, sino (que): Hazlo si quieres, pero luego no digas que no te lo
advertí.
b) Ante oraciones
consecutivas introducidas por conque,
así que, de manera que, etc.: Prometiste acompañarla, así que
ahora no te hagas el remolón.
c) Ante oraciones causales
lógicas o explicativas, también llamadas «de la enunciación»: Ha llovido, porque está el suelo
mojado. Por el contrario, las
causales puras o reales, también llamadas «del enunciado», no se introducen
mediante coma: El suelo está
mojado porque ha llovido. La
diferencia entre un tipo de causales y otro es que las causales propiamente
dichas expresan la causa real del hecho enunciado en la principal (El suelo
está mojado porque ha llovido: la
lluvia es la causa real de que el suelo esté mojado), mientras que las lógicas
o explicativas no introducen la causa real de lo expresado en la oración
principal, sino el hecho que permite al que habla afirmar o enunciar la oración
principal (Ha llovido, porque está el suelo mojado: lo que me lleva a afirmar que ha
llovido es que el suelo está mojado).
1.2.9. Se escribe coma para
separar los dos términos de la construcción copulativa intensiva no solo..., sino (también)...: Sus palabras fueron consideradas
ofensivas no solo por mí, sino (también) por todos los presentes.
1.2.10. Cuando se invierte el
orden regular de las partes de un enunciado, anteponiendo al verbo elementos
que suelen ir pospuestos, se escribe coma detrás del bloque anticipado en los
casos siguientes:
a) En las oraciones simples,
cuando los complementos circunstanciales preceden al verbo, salvo que sean muy
cortos: En aquellos calurosos
días de principios del verano pasado, la convivencia era idílica (pero En casa no puedo estudiar).
Cuando otros complementos verbales (directos, indirectos, complementos de
régimen, etc.) anticipan su aparición, no debe escribirse coma cuando la
intención es destacar o enfatizar el elemento anticipado: Vergüenza debería darte; Muy
contento estás tú. Sin
embargo, cuando el elemento anticipado simplemente expresa el tema del que se
va a decir algo, la coma es opcional: De
dinero, no hablamos nunca / De dinero no hablamos nunca; Carne, no suelo comer
mucha / Carne no suelo comer mucha. En
este último caso, la presencia de la coma es más conveniente cuanto más largo
es el fragmento anticipado: La
costumbre de hacer regalos a los niños cuando terminan las clases, nunca la
hemos seguido en mi casa.
b) En las oraciones
compuestas, cuando la subordinada adverbial precede a la principal: Si vas a llegar tarde, no dejes de
avisarme; Aunque no lo creas, es verdad; Antes de entrar, dejen salir; Dicho
esto, el diputado bajó del estrado. También
en estos casos, si la subordinada es muy breve, puede prescindirse de la coma: Si lo sé no vengo.
1.2.11. Se escribe coma detrás de
determinados enlaces como esto
es, es decir, a saber, pues bien, ahora bien, en primer lugar, por un/otro
lado, por una/otra parte, en fin, por último, además, con todo, en tal caso,
sin embargo, no obstante, por el contrario, en cambio y otros similares, así como detrás de
muchos adverbios o locuciones adverbiales que modifican a toda la oración y no
solo a uno de sus elementos, como efectivamente, generalmente, naturalmente,
por regla general, etc.: Por lo tanto, los que no tengan
invitación no podrán entrar al recinto; no obstante, podrán seguir el acto a
través de pantallas instaladas en el exterior. Naturalmente, los invitados
deben vestir de etiqueta. Si
estas expresiones van en medio de la oración, se escriben entre comas: Estas palabras son sinónimas, es
decir, significan lo mismo; los antónimos, en cambio, tienen significados
opuestos.
Cuando las locuciones son
de carácter anunciativo, es posible sustituir la coma por los dos puntos si se
desea realizar una pausa mayor, de intención enfática: Me voy ahora mismo de aquí; es más:
no pienso volver nunca.
1.2.12. Se escribe coma detrás de
los complementos encabezados por locuciones preposicionales de valor
introductorio, del tipo en
cuanto a, respecto de, con respecto a, en relación con, con referencia a, a
tenor de, etc.: En cuanto a ti, no quiero volver a
verte; A tenor de lo visto, no creo que cambie mucho la situación. De la misma manera, se pone coma
detrás de los elementos encabezados por locuciones preposicionales o
adverbiales de valor condicional, concesivo, final, causal, etc.: En ese caso, nos quedaremos en
casa; A pesar de todo, conseguimos nuestro objetivo; Para eso, hubiera sido
mejor que no hablaras; Aun así, nadie te lo va a agradecer.
1.2.13. Se escribe coma delante de
una palabra que se acaba de mencionar cuando se repite para introducir una
explicación sobre ella: Se
compró la mejor moto que había en el mercado, moto que, a los pocos meses,
acabó olvidada y polvorienta en el garaje.
1.2.14. La palabra etcétera (o su abreviatura etc.) se separa con coma del
resto del enunciado: «Los
bailes populares como la sardana, la jota, etcétera, estaban proscritos» (Mendoza Ciudad [Esp. 1986]); «Los bailes autóctonos, las
peregrinaciones, etc., perduran hasta nuestros días» (Leyva Piñata [Méx. 1984]).
1.2.15. Se escriben entre comas
los sobrenombres o seudónimos cuando se mencionan tras el nombre verdadero: «Se celebra hoy el 150 aniversario
de la muerte de Simón Bolívar, el Libertador» (País [Esp.] 17.12.80); José Martínez Ruiz, Azorín,
perteneció a la generación del 98. Al
contrario que estos, los sobrenombres que no pueden utilizarse solos, sino que
deben ir necesariamente acompañados del nombre propio, se unen a este sin coma: Alfonso II el Casto, Guzmán el
Bueno, Lorenzo el Magnífico.
1.2.16. Es conveniente escribir
entre comas la mención del autor cuando se pospone al título de la obra: La escultura El pensador, de August Rodin, es la más conocida
de su autor.
1.2.17. En la datación de cartas y
documentos, se escribe coma entre el lugar y la fecha: Santiago, 8 de enero de 1999; En
Cartagena, a 16 de marzo de 2000; o
entre el día de la semana y el del mes: Lunes,
23 de enero de 2002.
1.2.18. En las direcciones, en
España se escribe coma entre el nombre de la calle y el número del inmueble: Calle del Sol, 34; Avenida de la
Constitución, número 2.
1.2.19. Se separan mediante coma
el nombre de una colección y el número del volumen correspondiente: Biblioteca de Autores Españoles,
24; Colección Melibea, 5.
1.2.20. Se usa la coma para
separar los componentes de un nombre o expresión cuando, para integrarlos en
una lista alfabética (bibliografía, índice, etc.), se ha invertido el orden
normal de sus elementos:
Bello, Andrés: Gramática...
Cuervo, Rufino José: Diccionario de construcción...
— acentuación, reglas de
— puntuación, signos de
1.3. Para distinguir entre sentidos posibles de un mismo enunciado. Una misma secuencia de palabras puede tener varios significados
dependiendo de cómo esté puntuada: Me
he vestido, como me indicaron(me indicaron que me vistiera) / Me he vestido como me indicaron (me indicaron cómo debía vestirme). Si
no se coloca coma detrás de mientras, esta palabra es conjunción: Mientras hizo lo que debía y todo
salió bien, no hubo problemas; si
va seguida de una coma, es un adverbio de tiempo: Mientras, hizo lo que debía y todo
salió bien. Algo parecido
ocurre con luego, que puede ser adverbio (‘después, más
tarde’): Yo no estuve allí
luego, me lo perdí; o
conjunción consecutiva (‘así que, por lo tanto’): Yo no estuve allí, luego me lo
perdí. De la misma manera, el
adverbio así pasa de ser un conector oracional
cuando va seguido de coma (‘entonces, por consiguiente’): Así, no hubo quien lo convenciera, a ser un modificador verbal cuando no
la lleva (‘de esa manera’): Así
no hubo quien lo convenciera.
2. Uso con las conjunciones copulativas y
disyuntivas
El uso de la coma es
incompatible con las conjunciones y,
e, ni, o, u cuando este signo
se utiliza para separar elementos de una misma serie o miembros gramaticalmente
equivalentes dentro de un mismo enunciado. Sin embargo, hay otros casos en que
no solo el uso conjunto de la coma y la conjunción es admisible, sino
necesario:
2.1. En una relación compuesta
de elementos complejos que se separan unos de otros por punto y coma, delante
de la conjunción que introduce el último de ellos se escribe una coma (o
también un punto y coma; En el
armario colocó la vajilla; en el cajón, los cubiertos; en los estantes, los
vasos, y los alimentos, en la despensa.
2.2. Se escribe coma delante de
estas conjunciones cuando la secuencia que encabezan enlaza con todo el
predicado anterior, y no con el último de sus miembros coordinados:
Pagó el traje, el bolso y
los zapatos, y salió de la tienda.
No sé si ir de vacaciones
a Francia o Italia, o quedarme en casa.
2.3. Cuando se enlazan miembros
gramaticalmente equivalentes dentro de un mismo enunciado, si el último de
ellos es semánticamente heterogéneo con respecto a los anteriores (es decir, no
introduce un elemento perteneciente a la misma serie o enumeración), por
indicar normalmente una conclusión o una consecuencia, se escribe coma delante
de la conjunción: Pintaron las
paredes de la habitación, cambiaron la disposición de los muebles, pusieron
alfombras nuevas, y quedaron encantados con el resultado.
2.4. Es frecuente, aunque no
obligatorio, que entre oraciones coordinadas se ponga coma delante de la
conjunción cuando la primera tiene cierta extensión y, especialmente, cuando
tienen sujetos distintos: La
mujer salía de casa a la misma hora todas las mañanas, y el agente seguía sus
pasos sin levantar sospechas; O vienes conmigo antes de que pierda la
paciencia, o te quedas aquí para siempre.
2.5. Cuando la conjunción y tiene valor adversativo (equivalente a pero), puede ir precedida de
coma: Le aconsejé que no
comprara esa casa, y no hizo caso.
2.6. Debe escribirse coma
delante o detrás de cualquiera de estas conjunciones si inmediatamente antes o
después hay un inciso o cualquier otro elemento que deba ir aislado por comas
del resto del enunciado: Mi
abuelo, que era un gran aficionado a la poesía, y el maestro del pueblo
fundaron una revista literaria; Puedes venir con nosotros o, por el contrario,
quedarte en casa todo el día.
3. Usos incorrectos
3.1. Es incorrecto escribir coma entre el sujeto y el verbo de una
oración, incluso cuando el sujeto está compuesto de varios elementos separados
por comas: Mis padres, mis
tíos, mis abuelos, me felicitaron ayer. Cuando el sujeto es largo, suele
hacerse oralmente una pausa antes del comienzo del predicado, pero esta pausa
no debe marcarse gráficamente mediante coma: Los
alumnos que no hayan entregado el trabajo antes de la fecha fijada por el
profesor || suspenderán la asignatura.
Dos son las excepciones a
esta regla: cuando el sujeto es una enumeración que se cierra con etcétera (o su abreviatura etc.) y cuando inmediatamente
después del sujeto se abre un inciso o aparece cualquiera de los elementos que
se aíslan por comas del resto del enunciado. En esos casos aparece
necesariamente una coma delante del verbo de la oración: El novio, los parientes, los
invitados, etc., esperaban ya la llegada de la novia; Mi hermano, como tú sabes,
es un magnífico deportista.
3.2. No debe escribirse coma
delante de la conjunción que cuando esta tiene sentido consecutivo
y va precedida, inmediatamente o no, de tan(to) o tal:
«Dependían tanto uno del otro que la confianza era imposible» (Saer Entenado [Arg. 1988]); «La situación había llegado a tal
punto que ya no era posible ocultarla» (U
Pietri Visita [Ven. 1990]).
3.3. No se escribe coma detrás
de pero cuando precede a una oración
interrogativa o exclamativa: Pero
¿dónde vas a estas horas?; Pero ¡qué barbaridad!
3.4. El uso de la coma tras las
fórmulas de saludo en cartas y documentos es un anglicismo ortográfico que debe
evitarse; en español se emplean los dos puntos: Querido amigo, / Te escribo esta
carta para comunicarte... Debe
ser: Querido amigo: / Te
escribo esta carta para comunicarte...
4. Usos no lingüísticos
En las expresiones
numéricas escritas con cifras, la normativa internacional establece el uso de
la coma para separar la parte entera de la parte decimal. La coma debe
escribirse en la parte inferior del renglón, nunca en la parte superior: π = 3,1416. Pero también se
acepta el uso anglosajón del punto, normal en algunos países hispanoamericanos: π = 3.1416.
comillas. 1. Signo ortográfico doble
del cual se usan diferentes tipos en español: las comillas angulares, también
llamadas latinas o españolas (« »), las inglesas (“ ”) y las simples (‘ ’). Las
comillas inglesas y las simples se escriben en la parte alta del renglón,
mientras que las angulares se escriben centradas. En los textos impresos, se
recomienda utilizar en primera instancia las comillas angulares, reservando los
otros tipos para cuando deban entrecomillarse partes de un texto ya
entrecomillado. En este caso, las comillas simples se emplearán en último
lugar: «Antonio me dijo: “Vaya
‘cacharro’ que se ha comprado Julián”». Las
comillas se escriben pegadas a la primera y la última palabra del período que
enmarcan, y separadas por un espacio de las palabras o signos que las preceden
o las siguen; pero si lo que sigue a las comillas de cierre es un signo de
puntuación, no se deja espacio entre ambos.
2. Usos
a) Para enmarcar la
reproducción de citas textuales. Si el texto que se reproduce consta de varios
párrafos, antes era costumbre colocar comillas de cierre al comienzo de cada
uno de ellos (salvo, claro está, en el primero, que se inicia con comillas de
apertura):
Dice Rafael Lapesa en su
obra Historia de la lengua española, a
propósito de los germanos:
«En el año 409 un
conglomerado de pueblos germánicos —vándalos, suevos y
alanos— atravesaba el
Pirineo y caía sobre España [...].
»Así quedó cumplida la
amenaza que secularmente venía pesando desde el Rhin y el Danubio».
Hoy, lo normal es
reproducir la cita con sangrado respecto del resto del texto y generalmente en
un cuerpo menor. En ese caso, ya no son necesarias las comillas:
Dice Rafael Lapesa en su
obra Historia de la lengua española, a
propósito de los germanos:
En el año 409 un
conglomerado de pueblos germánicos —vándalos, suevos y alanos— atravesaba el Pirineo y caía sobre España [...].
Así quedó cumplida la
amenaza que secularmente venía pesando desde el Rhin y el Danubio.
Cuando se intercala un
comentario del transcriptor de la cita, este debe enmarcarse entre rayas, sin
necesidad de cerrar las comillas para volverlas a abrir después del inciso: «Es imprescindible—señaló el
ministro— que se refuercen
los controles sanitarios en las fronteras».
También se encierran entre
comillas las palabras textuales que se reproducen dentro de un enunciado en
estilo indirecto: «Desde
Medicus Mundi reconocieron ayer sentir “impotencia y congoja” por este
asesinato y exigieron “un compromiso de las autoridades para el esclarecimiento
de estos graves hechos”» (País@[Esp.]
12.6.00). La inclusión, a través de las comillas, de un texto literal dentro de
un enunciado en estilo indirecto es aceptable siempre y cuando no se incumpla
alguna de las condiciones impuestas por el estilo indirecto, como, por ejemplo,
la correlación de tiempos verbales o los cambios en determinados pronombres o adverbios.
No sería aceptable, por tanto, un enunciado como el siguiente: Mi madre nos recomendó que «no
salgáis a la calle sin abrigo».
b) Para encerrar, en las
obras literarias de carácter narrativo, los textos que reproducen de forma
directa los pensamientos de los personajes: «“¡Hasta
en latín sabía maldecir el pillastre!”, pensó el padre» (Clarín Regenta [Esp. 1884-85]). Cuando los
pensamientos del personaje ocupan varios párrafos, se colocan comillas de
cierre al comienzo de cada uno de ellos (salvo, claro está, en el primero, que
se inicia con comillas de apertura):
«“¡Oh, a él, a don Álvaro
Mesía le pasaba aquello! ¿Y el ridículo? ¡Qué diría Visita, [...] qué diría
el mundo entero!
”Dirían que un cura le
había derrotado. ¡Aquello pedía sangre! Sí, pero esta era otra”. Si don Álvaro
se figuraba al Magistral vestido de levita, acudiendo a un duelo a que él le
retaba... sentía escalofríos» (Clarín Regenta [Esp. 1884-85]).
c) Para indicar que una
palabra o expresión es impropia, vulgar, procede de otra lengua o se utiliza
irónicamente o con un sentido especial: Dijo
que la comida llevaba muchas «especies»; En el salón han puesto una «boiserie»
que les ha costado un dineral; Parece que últimamente le va muy bien en sus
«negocios». En textos
impresos en letra redonda es más frecuente y recomendable reproducir los
extranjerismos crudos en letra cursiva que escribirlos entrecomillados.
d) Cuando en un texto
manuscrito se comenta un término desde el punto de vista lingüístico, este se
escribe entrecomillado: La
palabra «cándido» es esdrújula. En
los textos impresos, en lugar de usar las comillas, se escribe el término en un
tipo de letra diferente al de la frase en que va inserto (en cursiva si el
texto normal va en redonda, o en redonda si el texto normal va en cursiva).
e) En obras de carácter
lingüístico, las comillas simples se utilizan para enmarcar los significados: La voz apicultura está formada a partir de los
términos latinos apis ‘abeja’ y cultura ‘cultivo, crianza’.
f) Se usan las comillas para
citar el título de un artículo, un poema, un capítulo de un libro, un reportaje
o, en general, cualquier parte dependiente dentro de una publicación; los
títulos de los libros, por el contrario, se escriben en cursiva cuando aparecen
en textos impresos en letra redonda (o viceversa, en redonda si el texto normal
va en cursiva): Ha publicado
un interesante artículo titulado «El léxico de hoy» en el libro El lenguaje en los medios de
comunicación, libro en el que
han participado varios autores.
3. Combinación con otros signos
a) Los signos de puntuación
correspondientes al período en el que va inserto el texto entre comillas se
colocan siempre después de las comillas de cierre:
Sus palabras fueron: «No
lo haré»; pero al final nos ayudó.
¿De verdad ha dicho «hasta
nunca»?
b) El texto que va dentro de
las comillas tiene una puntuación independiente y lleva sus propios signos
ortográficos. Por eso, si el enunciado entre comillas es interrogativo o
exclamativo, los signos de interrogación y exclamación se escriben dentro de
las comillas:
Le preguntó al conserje:
«¿Dónde están los baños, por favor?».
«¡Qué ganas tengo de que
lleguen las vacaciones!», exclamó.
De esta regla debe
excluirse el punto, que se escribirá detrás de las comillas de cierre cuando el
texto entrecomillado ocupe la parte final de un enunciado o de un texto.
c) Cuando lo que va
entrecomillado constituye el final de un enunciado o de un texto, debe
colocarse punto detrás de las comillas de cierre, incluso si delante de las
comillas va un signo de cierre de interrogación o de exclamación, o puntos
suspensivos:
«No está el horno para
bollos». Con estas palabras zanjó la discusión y se marchó.
«¿Dónde te crees que
vas?». Esa pregunta lo detuvo en seco.
«Si pudiera decirle lo que
pienso realmente...». A Pedro no le resultaba fácil hablar con sinceridad.
En el caso de que deba
colocarse una llamada de nota que afecte a todo el texto entrecomillado, esta
debe colocarse entre las comillas de cierre y el punto:
Rafael Lapesa señalaba que
«es muy discutido el posible influjo de las lenguas indígenas en la
pronunciación del español de América»1.
1 Historia de la lengua española, p.
545.
Si la nota solo hace
referencia a la última palabra del texto entrecomillado, la llamada debe
colocarse delante de las comillas de cierre:
Rodolfo Lenz llegó a
afirmar que el habla vulgar de Chile era «principalmente español con sonidos
araucanos1».
1 El araucano o mapuche es la lengua que hablaban los
naturales de la antigua región de Arauco, en la zona central de Chile.
corchete. 1. Signo ortográfico
doble ([ ]) que se utiliza, por lo general, de forma parecida a los paréntesis
que incorporan información complementaria o aclaratoria. Los corchetes se
escriben pegados a la primera y la última palabra del período que enmarcan, y
separados por un espacio de las palabras o signos que los preceden o los siguen
(hay algunas excepciones; pero si lo que sigue al corchete de cierre es un
signo de puntuación, no se deja espacio entre ambos.
2. Usos
a) Cuando dentro de un enunciado
que va entre paréntesis es preciso introducir alguna precisión o nota
aclaratoria: Una de las últimas novelas que publicó Galdós (algunos
estudiosos consideran su obra Fortunata y Jacinta [1886-87] la
mejor novela española del siglo xix)
fue El caballero encantado (1909). Este orden de
inclusión se invierte en las fórmulas matemáticas o químicas, donde los
corchetes encierran operaciones que contienen otras ya encerradas entre
paréntesis: [(4 + 2) × (5 + 3)]– (6 – 2).
b) En libros de
poesía, se coloca un corchete de apertura delante de las últimas palabras de un
verso cuando no se ha transcrito en una sola línea y se termina, alineado a la
derecha, en el renglón siguiente:
Y los ritmos indóciles vinieron acercándose,
|
juntándose en las sombras, huyéndose y
|
[buscándose.
|
(Silva Obra [Col.
1880-95]).
|
c) En la
transcripción de un texto, se emplean para marcar cualquier interpolación o
modificación en el texto original, como aclaraciones, adiciones, enmiendas o el
desarrollo de abreviaturas: Hay otros [templos] de esta misma época de
los que no se conserva prácticamente nada; Subió la cue[s]ta con dificultad.
[En el original, cuenta]; Acabose de imprimir el A[nno]
D[omini] de 1537. Al desarrollar abreviaturas, no se deja espacio de
separación ante los corchetes de apertura.
d) En obras de
carácter lingüístico, se usan para encerrar las transcripciones fonéticas:
[d-wén,de], transcripción fonética de duende. Para
las transcripciones fonológicas se emplean las barras.
e) Se usan tres
puntos entre corchetes para indicar, en la transcripción de un texto, que se ha
omitido un fragmento del original: «Pensé que él no pudo ver mi sonrisa [...] por
lo negra que estaba la noche» (Rulfo Páramo [Méx.
1955-80]).
3. Combinación
con otros signos. Es idéntica a la de los paréntesis.
dos puntos. Signo de puntuación (:) que representa una pausa mayor que la de
la coma y menor que la del punto. Detienen el discurso para llamar la atención
sobre lo que sigue, que siempre está en estrecha relación con el texto precedente.
Se escriben pegados a la palabra o el signo que los antecede, y separados por
un espacio de la palabra o el signo que los sigue.
1. Usos lingüísticos
1.1. Preceden a una enumeración de carácter explicativo: Ayer me compré dos libros: uno de Carlos
Fuentes y otro de Cortázar.
1.2. Cuando, por interés, se anticipan los elementos de la enumeración,
los dos puntos sirven para cerrarla y dar paso al concepto que los engloba: Natural, sana y equilibrada: así
debe ser una buena alimentación.
1.3. Preceden a la reproducción de citas o palabras textuales, que
deben escribirse entre comillas e iniciarse con mayúscula: Ya lo dijo Ortega y Gasset: «La
claridad es la cortesía del filósofo».
1.4. Se emplean tras las
fórmulas de saludo en el encabezamiento de cartas y documentos. En este caso,
la palabra que sigue a los dos puntos, y que inicia el cuerpo de la carta, se
escribe con inicial mayúscula y en renglón aparte: Muy señor mío: / Le agradeceré que
en el plazo más breve posible... Es
costumbre anglosajona, que debe evitarse en español, utilizar la coma en lugar
de los dos puntos: Querido
amigo, / Te escribo esta carta para comunicarte...
1.5. Sirven para separar una
ejemplificación del resto de la oración: De
vez en cuando tiene algunos comportamientos inexplicables: hoy ha venido a la
oficina en zapatillas.
1.6. En textos jurídicos y
administrativos, como decretos, sentencias, bandos, edictos, certificados o
instancias, se colocan después del verbo que presenta el objetivo fundamental
del documento y que va escrito con todas sus letras en mayúscula. La primera
palabra que sigue a dicho verbo se escribe con inicial mayúscula y en párrafo
aparte: CERTIFICA: / Que D.
José Álvarez García ha seguido con aprovechamiento el Curso... Solamente en este caso los dos puntos
son compatibles con la conjunción subordinante que.
1.7. Sirven para marcar una
pausa enfática tras locuciones de carácter introductorio como a saber, ahora bien, pues bien,
esto es, dicho de otro modo, en otras palabras, más aún..., y no precisan que la oración que los
sigue se inicie con mayúscula: Nunca
me ha molestado colaborar. Dicho de otro modo: me gusta ayudar a los demás;
¿Recuerdas lo que te conté de Ramiro? Pues bien: ha vuelto a hacerlo. En la mayoría de estos casos los dos
puntos son sustituibles por la coma. La diferencia entre el uso de uno u otro
signo está en que con la coma el énfasis desaparece y la expectación creada en
el lector con respecto a lo que se va a decir es menor.
1.8. Se usan también para
conectar oraciones relacionadas entre sí sin necesidad de emplear otro nexo.
Son varias las relaciones que pueden expresar:
b) Conclusión, consecuencia o
resumen de la oración anterior: El
arbitraje fue injusto y se cometieron demasiados errores: al final se perdió el
partido. En este caso se usa también el punto y coma.
c) Verificación o explicación
de la oración anterior, que suele tener un sentido más general: La paella es un plato muy completo
y nutritivo: tiene la fécula del arroz, las proteínas de sus carnes y pescados,
y la fibra de sus verduras. En este caso se usa también el punto y coma.
1.9. En títulos y epígrafes es
frecuente su uso para separar el concepto general del aspecto parcial del que va
a tratarse: La literatura
medieval: estudio comparativo de los principales motivos recurrentes.
1.10. Separan los epígrafes
internos de un libro del texto que los sigue, cuando este comienza en la misma
línea: La Revolución
industrial: Su origen hay que situarlo en Gran Bretaña, alrededor de 1780,
cuando...Para ello se usa también la raya precedida de un punto.
1.11. Es incorrecto escribir dos puntos entre una preposición y el
sustantivo o sustantivos que esta introduce: En
la reunión había representantes de: Bélgica, Holanda y Luxemburgo; La obra estuvo coordinada por:
Antonio Sánchez.
2. Usos no lingüísticos
2.1. Se emplean para separar las horas de los minutos en la expresión
de la hora. No debe dejarse espacio de separación entre los dos puntos y las
cifras colindantes: 15:30 h (para esto se usa también el punto.
2.2. Indican división en expresiones matemáticas. En este caso, se
escriben con espacio de separación respecto de las cifras colindantes: 8 : 2 = 4. En este uso alternan
con la barra y con el símbolo ÷.
interrogación y exclamación (signos de). 1. Los signos de
interrogación (¿?) y de exclamación (¡!) sirven para representar en la
escritura, respectivamente, la entonación interrogativa o exclamativa de un
enunciado. Son signos dobles, pues existe un signo de apertura y otro de
cierre, que deben colocarse de forma obligatoria al comienzo y al final del
enunciado correspondiente; no obstante, existen casos en los que solo se usan
los signos de cierre.
2. Indicaciones sobre el uso correcto
de ambos signos
a) Los signos de apertura (¿ ¡) son característicos del español y no
deben suprimirse por imitación de otras lenguas en las que únicamente se coloca
el signo de cierre: Qué hora
es? Qué alegría verte! Lo correcto es ¿Qué hora es? ¡Qué
alegría verte!
b) Los signos de interrogación y de exclamación se escriben pegados a
la primera y la última palabra del período que enmarcan, y separados por un
espacio de las palabras que los preceden o los siguen; pero si lo que sigue al
signo de cierre es otro signo de puntuación, no se deja espacio entre ambos: Vamos a ver... ¡Caramba!, ¿son ya
las tres?; se me ha hecho tardísimo.
c) Tras los signos de cierre puede colocarse cualquier signo de
puntuación, salvo el punto. Lógicamente, cuando la interrogación o la
exclamación terminan un enunciado y sus signos de cierre equivalen a un punto,
la oración siguiente ha de comenzar con mayúscula: No he conseguido el trabajo. ¡Qué
le vamos a hacer! Otra vez será.
d) Los signos de apertura (¿ ¡) se han de colocar justo donde empieza
la pregunta o la exclamación, aunque no se corresponda con el inicio del
enunciado; en ese caso, la interrogación o la exclamación se inician con
minúscula:
Por lo demás, ¿qué aspecto
tenía tu hermano?
Si encuentras trabajo,
¡qué celebración vamos a hacer!
e) Los vocativos y las construcciones u oraciones dependientes,
cuando ocupan el primer lugar del enunciado, se escriben fuera de la pregunta o
de la exclamación; pero si van al final, se consideran incluidos en ellas:
Raquel, ¿sabes ya cuándo
vendrás? / ¿Sabes ya cuándo vendrás, Raquel?
Para que te enteres, ¡no
pienso cambiar de opinión! / ¡No pienso cambiar de opinión, para que te
enteres!
f) Cuando se escriben seguidas varias preguntas o exclamaciones
breves, se pueden considerar como oraciones independientes, o bien como partes
de un único enunciado. En el primer caso, cada interrogación o exclamación se
iniciará con mayúscula:
¿Quién era? ¿De dónde
salió? ¿Te dijo qué quería?
¡Cállate! ¡No quiero
volver a verte! ¡Márchate!
En el segundo caso, las
diversas preguntas o exclamaciones se separarán por coma o por punto y coma, y
solo se iniciará con mayúscula la primera de ellas:
Me abordó en la calle y me
preguntó: ¿Cómo te llamas?, ¿en qué trabajas?, ¿cuándo naciste?
¡Qué enfadado estaba!; ¡cómo
se puso!; ¡qué susto nos dio!
Cuando la exclamación está
compuesta por elementos breves que se duplican o triplican, los signos de
exclamación encierran todos los elementos: ¡Ja,
ja, ja!
3. Usos especiales
a) Los signos de cierre escritos entre paréntesis se utilizan para
expresar duda (los de interrogación) o sorpresa (los de exclamación), no
exentas, en la mayoría de los casos, de ironía: Tendría gracia (?) que hubiera
perdido las llaves; Ha terminado los estudios con treinta años y está tan orgulloso
(!).
b) Cuando el sentido de una oración es interrogativo y exclamativo a
la vez, pueden combinarse ambos signos, abriendo con el de exclamación y
cerrando con el de interrogación, o viceversa: ¡Cómo te has atrevido? / ¿Cómo te
has atrevido!; o, preferiblemente,
abriendo y cerrando con los dos signos a la vez: ¿¡Qué estás diciendo!? / ¡¿Qué
estás diciendo?!
c) En obras literarias es posible escribir dos o tres signos de
exclamación para indicar mayor énfasis en la entonación exclamativa: ¡¡¡Traidor!!!
d) Es frecuente el uso de los
signos de interrogación en la indicación de fechas dudosas, especialmente en
obras de carácter enciclopédico. Se recomienda colocar ambos signos, el de
apertura y el de cierre: Hernández,
Gregorio (¿1576?-1636), aunque
también es posible escribir únicamente el de cierre: Hernández, Gregorio (1576?-1636).
paréntesis. 1. Signo ortográfico doble
con la forma ( ) que se usa para insertar en un enunciado una información
complementaria o aclaratoria. Los paréntesis se escriben pegados a la primera y
la última palabra del período que enmarcan, y separados por un espacio de las
palabras que los preceden o los siguen (hay algunas excepciones; pero si lo que sigue al signo de
cierre de paréntesis es un signo de puntuación, no se deja espacio entre ambos.
2. Usos
a) Cuando se interrumpe el enunciado con un inciso aclaratorio o
accesorio: Las asambleas (la
última duró casi cuatro horas sin ningún descanso) se celebran en el salón de
actos. Aunque también las
comas y las rayas se utilizan para enmarcar incisos, el uso de los paréntesis
implica un mayor grado de aislamiento del enunciado que encierran con respecto
al texto en el que se inserta. Por ello, los incisos entre paréntesis suelen
ser normalmente oraciones con sentido pleno y poca o nula vinculación
sintáctica con los elementos del texto principal.
b) Para intercalar algún dato o precisión, como fechas, lugares, el
desarrollo de una sigla, el nombre de un autor o de una obra citados, etc.: El año de su nacimiento (1616) es el
mismo en que murió Cervantes; Toda su familia nació en Guadalajara (México); La
OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) ha decidido aumentar la
producción de crudo; «Más obran quintaesencias que fárragos» (Gracián).
c) Para introducir opciones en un texto. En estos casos se encierra
entre paréntesis el elemento que constituye la alternativa, sea este una
palabra completa, sea uno de sus segmentos: En
el documento se indicará(n) el (los) día(s) en que haya tenido lugar la baja;
Se necesita chico(a) para repartir pedidos. Como se ve en los ejemplos, los
paréntesis que añaden segmentos van pegados a la palabra a la que se refieren.
En este uso, el paréntesis puede alternar con la barra.
d) Para desarrollar las abreviaturas o reconstruir las palabras
incompletas del texto original cuando se reproducen o transcriben textos,
códices o inscripciones. Los elementos que se añaden van entre paréntesis y sin
espacios de separación: Imp(eratori)
Caes(ari). En estos casos se
recomienda utilizar con preferencia los corchetes.
e) En la reproducción de citas textuales, se usan tres puntos entre
paréntesis para indicar que se omite un fragmento del original: «Pensé que él no pudo ver mi
sonrisa (...) por lo negra que estaba la noche» (Rulfo Páramo [Méx. 1955-80]). En estos casos es más
frecuente y recomendable el uso de los corchetes.
f) Para encerrar, en las obras teatrales, las acotaciones del autor o
los apartes de los personajes: «Bernarda. (Golpeando con el bastón en el
suelo). ¡No os hagáis ilusiones
de que vais a poder conmigo!» (Ga
Lorca Bernarda [Esp.
1936]).
Inés. ¡Ay, Jesús!
Brígida. ¿Qué es lo que os da?
Inés. Nada, Brígida, no es nada.
Brígida. No, no; si estáis inmutada.
(Ya presa en la red está).
¿Se os pasa?
(Zorrilla Tenorio [Esp. 1844]).
g) Las letras o números que
introducen elementos de una clasificación o enumeración pueden escribirse entre
paréntesis o, más frecuentemente, seguidas solo del paréntesis de cierre:
Los libros podrán
encontrarse en los lugares siguientes:
(a) En los estantes
superiores de la sala de juntas.
(b) En los armarios de la
biblioteca principal.
O bien:
Los libros podrán
encontrarse en los lugares siguientes:
a) En los estantes
superiores de la sala de juntas.
b) En los armarios de la
biblioteca principal.
h) En las fórmulas
matemáticas o químicas, los paréntesis sirven para aislar operaciones que
forman parte de una serie; para enmarcar operaciones que contienen otras ya
encerradas entre paréntesis, se utilizan los corchetes: [(4 + 2) × (5 + 3)] – (6 – 2).
3. Combinación con otros signos
a) Los signos de puntuación correspondientes al período en el que va
inserto el texto entre paréntesis se colocan siempre después del paréntesis de
cierre:
Llevaban casados mucho
tiempo (el año pasado cumplieron sus bodas de oro), pero nunca lograron
entenderse.
¿Cuántos países integran
la ONU (Organización de las Naciones Unidas)?
No debe colocarse ningún
signo de puntuación que no fuera necesario si se suprimieran los paréntesis;
por ello, si el texto entre paréntesis está colocado entre el sujeto y el verbo
de la oración, nunca debe escribirse coma después del paréntesis de cierre,
pues es incorrecto que sujeto y verbo vayan separados por coma: Las asambleas (la última duró casi
cuatro horas sin ningún descanso), se celebran en el salón de actos.
b) El texto contenido dentro de los paréntesis tiene una puntuación
independiente: La manía de
Ernesto por el coleccionismo (lo colecciona todo: sellos, monedas, relojes,
plumas, llaveros...) ha convertido su casa en un almacén; por ello, si el enunciado entre
paréntesis es interrogativo o exclamativo, los signos de interrogación o de
exclamación deben colocarse dentro de los paréntesis: Su facilidad para los idiomas
(¡habla con fluidez siete lenguas!) le ha abierto muchas puertas.
c) Independientemente de que el texto entre paréntesis abarque todo
el enunciado o solo parte de este, el punto se colocará siempre detrás del
paréntesis de cierre: Se fue
dando un portazo. (Creo que estaba muy enfadado).
punto. 1. Signo de puntuación (.)
cuyo uso principal es señalar gráficamente la pausa que marca el final de un
enunciado —que no sea interrogativo o exclamativo—, de un párrafo o de un
texto. Se escribe sin separación de la palabra que lo precede y separado por un
espacio de la palabra o el signo que lo sigue. La palabra que sigue al punto se
escribe siempre con inicial mayúscula.
2. Usos lingüísticos
2.1. Recibe distintos nombres, según marque el final de un enunciado,
un párrafo o un texto:
a) Si se escribe al final de
un enunciado y a continuación, en el mismo renglón, se inicia otro, se denomina punto y seguido, nombre más lógico y recomendable que
el también usual de punto
seguido. Si el punto y
seguido coincide con el final de una línea, se comienza a escribir en la
siguiente con el mismo margen, sin sangrado inicial. El punto y seguido es,
pues, el que separa los enunciados que integran un párrafo.
b) Si se escribe al final de
un párrafo y el enunciado siguiente inicia un párrafo nuevo, se denomina punto y aparte, aunque en algunas zonas de América se
dice punto aparte. La
primera línea de cada párrafo debe tener un margen mayor que el resto de las
líneas que lo componen, es decir, ha de quedar sangrada. Ejemplo:
Estuvo rondando la casa
varias horas, silbando claves privadas, hasta que la proximidad del alba lo
obligó a regresar. En el cuarto de su madre, jugando con la hermanita recién
nacida y con una cara que se le caía de inocencia, encontró a José Arcadio.
Úrsula había cumplido
apenas su reposo de cuarenta días, cuando volvieron los gitanos. Eran los
mismos saltimbanquis y malabaristas que llevaron el hielo.
(Ga Márquez Años [Col. 1967]).
El punto y aparte es,
pues, el que separa dos párrafos distintos, que suelen desarrollar, dentro de
la unidad del texto, ideas o contenidos diferentes.
c) Si se escribe al final de
un escrito o de una división importante del texto, se denomina punto final. No es correcta la denominación punto y final, creada por analogía de las correctas punto y seguido y punto
y aparte.
2.2. Se escribe punto detrás de las abreviaturas, con muy pocas
excepciones: Sra., Excmo., Ud. Si la abreviatura incluye alguna letra
volada, el punto se coloca delante de esta: D.ª,
1.º.
2.3. Actualmente las siglas no llevan puntos entre las letras que las
componen (OTAN), salvo que formen parte de un enunciado escrito todo él
en mayúsculas.
3. Combinación con otros signos
3.1. El punto se escribirá siempre detrás de las comillas, los
paréntesis y las rayas de cierre: Dijo:
«Tú y yo hemos terminado». Tras estas palabras se marchó, dando un portazo.
(Creo que estaba muy enfadada). En la calle la esperaba Emilio —un buen amigo—. Este, al
verla llegar, sonrió.
3.2. No debe escribirse punto tras los signos de cierre de
interrogación o de exclamación, aunque con ellos termine el enunciado; está,
pues, incorrectamente puntuada la secuencia siguiente: ¿Quieres darte prisa?. ¡Vamos a
llegar tarde por tu culpa!. Pero ¿se puede saber qué estás haciendo?. Solo debe escribirse punto si tras los
signos de interrogación o de exclamación hay paréntesis o comillas de cierre: Se puso a gritar como un loco
(¡vaya genio que tiene el amigo!).
Me preguntó muy serio:
«¿De veras puedo contar contigo?».
3.3. Si el punto de una abreviatura coincide con el punto de cierre del
enunciado, solo debe escribirse un punto, nunca dos: A la boda fueron todos sus
parientes: tíos, primos, sobrinos, etc. Fueron en total ciento veinte
invitados.
3.4. Nunca se escribe otro punto tras los puntos suspensivos cuando
estos cierran un enunciado: Le
gusta todo tipo de cine: negro, histórico, de aventuras... Es un cinéfilo
empedernido.
4. Usos no lingüísticos
4.1. Para separar las horas de
los minutos cuando se expresa numéricamente la hora: 8.30 h, 12.00 h. Para ello se usan también los dos
puntos.
4.2. Para separar, en la
expresión numérica de las fechas, las indicaciones de día, mes y año: 21.6.2000. Para ello se usan también el guion o
la barra.
4.3. Colocado a media altura
entre dos cantidades o expresiones matemáticas indica multiplicación: 5 · 4 = 20; 2 · (x + y) = 30. En este uso, se escribe entre
espacios. Con este mismo fin es más normal el uso del símbolo tradicional en
forma de aspa (×).
4.4. En los números escritos
con cifras, la normativa internacional establece el uso de la coma para separar
la parte entera de la parte decimal: π
= 3,1416; pero también se acepta el uso del punto, propio de países de
habla inglesa y extendido en algunos países hispanoamericanos. El uso del punto
como separador de la parte entera y la decimal se ha generalizado para señalar
la ubicación de las emisoras de radio en el dial: Radio Intercontinental,
104.9.
5. Usos incorrectos
5.1. No debe escribirse punto
tras las unidades de millar en la expresión numérica de los años, ni en la
numeración de páginas, portales de vías urbanas y códigos postales, ni en los
números de artículos, decretos o leyes: año 1987; página 1150; avenida de
Mayo, 1370; 28010 Madrid; Real Decreto 1099/1986.
5.2. Aunque todavía es práctica
común en los números escritos con cifras separar los millares, millones, etc.,
mediante un punto (o una coma, en los países en que se emplea el punto para
separar la parte entera de la decimal), la norma internacional establece que se
prescinda de él. Para facilitar la lectura de estos números, cuando constan de
más de cuatro cifras se recomienda separar estas mediante espacios por grupos
de tres, contando de derecha a izquierda: 52
345, 6 462 749. Esta
recomendación no debe aplicarse en documentos contables ni en ningún tipo de
escrito en que la separación arriesgue la seguridad. No se utiliza nunca esta
separación, ni tampoco el punto, en la expresión numérica de los años, en la
numeración de páginas, portales de vías urbanas y códigos postales, ni en los
números de artículos, decretos o leyes.
5.4. Nunca se escribe punto
tras los títulos y subtítulos de libros, artículos, capítulos, obras de arte,
etc., cuando aparecen aislados y son el único texto del renglón:
Cien años de soledad
Tampoco llevan punto al
final los nombres de autor en cubiertas, portadas, prólogos, firmas de cartas y
otros documentos, o en cualquier otra ocasión en que aparezcan solos en un
renglón.
puntos suspensivos. 1. Signo de puntuación
formado por tres puntos consecutivos (...) —y solo tres—, llamado así porque
entre sus usos principales está el de dejar en suspenso el discurso. Se
escriben siempre pegados a la palabra o el signo que los precede, y separados
por un espacio de la palabra o el signo que los sigue; pero si lo que sigue a los
puntos suspensivos es otro signo de puntuación, no se deja espacio entre ambos.
Si los puntos suspensivos cierran el enunciado, la palabra siguiente debe
escribirse con mayúscula inicial: El
caso es que si lloviese... Mejor no pensar en esa posibilidad; pero si no cierran el enunciado y este
continúa tras ellos, la palabra que sigue se inicia con minúscula: Estoy pensando que... aceptaré; en
esta ocasión debo arriesgarme.
2. Usos
a) Para indicar la existencia en el discurso de una pausa transitoria
que expresa duda, temor, vacilación o suspense: No sé si ir o si no ir... No sé qué
hacer; Te llaman del hospital... Espero que sean buenas noticias; Quería
preguntarte... No sé..., bueno..., que si quieres ir conmigo a la fiesta; Si yo
te contara...
b) Para señalar la interrupción voluntaria de un discurso cuyo final
se da por conocido o sobrentendido por el interlocutor: A pesar de que prepararon
cuidadosamente la expedición, llevaron materiales de primera y guías muy
experimentados... Bueno, ya sabéis cómo acabó la cosa. Es especialmente frecuente este uso
cuando se reproduce un refrán o un fragmento literario de sobra conocido: Más vale pájaro en mano..., así que
dámelo ahora mismo; Y en mitad de la fiesta, se subió a una mesa y comenzó a
recitar: «Con diez cañones por banda...».
c) Para evitar repetir la cita completa del título largo de una obra
que debe volver a mencionarse: La
obra Yo era un tonto y lo que
he visto me ha hecho dos tontos, de
Rafael Alberti, está llena de grandes aciertos. Los versos de Yo era un tonto... contienen algunos de los mejores
hallazgos expresivos del autor.
d) Para insinuar, evitando su reproducción, expresiones o palabras
malsonantes o inconvenientes: ¡Qué
hijo de... está hecho! A
veces se colocan tras la letra inicial del término que se insinúa: Vete a la m... No te aguanto más.
e) Cuando, por cualquier otro motivo, se desea dejar el enunciado
incompleto y en suspenso: Fue
todo muy violento, estuvo muy desagradable... No quiero seguir hablando de
ello.
f) Sin valor de interrupción del discurso, sino con intención
enfática o expresiva, para alargar entonativamente un texto: Ser... o no ser... Esa es la
cuestión.
g) Al final de enumeraciones abiertas o incompletas, con el mismo
valor que la palabra etcétera o su abreviatura: Puedes hacer lo que quieras: leer,
ver la televisión, oír música... Debe
evitarse, por redundante, la aparición conjunta de ambos elementos:
Puedes hacer lo que
quieras: leer, ver la televisión, oír música..., etc.
Puedes hacer lo que
quieras: leer, ver la televisión, oír música, etcétera...
h) Entre corchetes [...] o entre paréntesis (...), los puntos
suspensivos indican la supresión de una palabra o un fragmento en una cita
textual: «Fui don Quijote de
la Mancha y soy agora [...] Alonso Quijano el Bueno» (Cervantes Quijote II [Esp. 1615]).
Si se quiere dejar claro
que la reproducción de una cita textual no se hace desde el comienzo mismo del
enunciado, es posible escribir puntos suspensivos al inicio de la cita, sin
paréntesis ni corchetes, dejando un blanco de separación respecto de la palabra
a la que preceden: Al final de
la obra, don Quijote pide «... un confesor que me confiese y un escribano que
haga mi testamento». Asimismo, cuando la reproducción de la cita queda
incompleta por su parte final, es posible escribir puntos suspensivos, sin
paréntesis ni corchetes y sin blanco de separación con respecto al texto que
antecede, para indicar que el enunciado continúa más allá de la última palabra
reproducida: Al final de la
obra, don Quijote pide «... un confesor que me confiese y un escribano que haga
mi testamento...», evidenciando la cordura que le asiste en sus últimos
momentos.
3. Combinación con otros signos
a) Si los puntos suspensivos finalizan el enunciado, no debe añadirse
a ellos el punto de cierre (se escribirán solo tres puntos): Me encanta esta casa. Es hermoso
despertarse y ver el sol, los árboles, la luz en las ventanas... Creo que
volveré el año que viene; pero
si los puntos suspensivos van detrás de una abreviatura, se suma a ellos el punto
que la cierra, de modo que se escribirán cuatro puntos en total: Algunas abreviaturas con tilde son
pág., cód., admón....
b) Tras los puntos suspensivos sí pueden colocarse otros signos de
puntuación, como la coma, el punto y coma y los dos puntos, sin dejar entre
ambos signos ningún espacio de separación:
Cuando decidas los
colores, las telas, el tipo de mobiliario..., ven a verme y te haré el
presupuesto.
Mañana traerán la mesa,
las sillas, los cuadros...; entonces sí parecerá una casa.
Pensándolo bien...: mejor
que no se presente.
c) Los puntos suspensivos se escriben delante de los signos de cierre
de interrogación o de exclamación si el enunciado interrogativo o exclamativo
está incompleto: ¡Si te dije
que...! Es inútil, nunca haces caso a nadie; si está completo, los puntos
suspensivos se escriben detrás, sin espacio de separación: ¿Me habrá traído los libros?...
Seguro que sí. Pueden darse
casos en que se junten el punto de una abreviatura, los tres puntos suspensivos
y el de los signos de cierre de interrogación o de exclamación: —¿Viste a
ese Sr....? —Sí, el Sr.
González estuvo aquí ayer.
punto y coma. 1. Signo de puntuación (;)
que indica una pausa mayor que la marcada por la coma y menor que la señalada
por el punto. Se escribe pegado a la palabra o el signo que lo precede, y
separado por un espacio de la palabra o el signo que lo sigue. La primera palabra
que sigue al punto y coma debe escribirse siempre con minúscula (la única
excepción se da en obras de contenido lingüístico, en las que es práctica común
separar con este signo de puntuación los diferentes ejemplos que se ofrecen,
cada uno de los cuales, cuando se trata de enunciados independientes, comienza,
como es natural, con mayúscula; de este uso excepcional y contrario a la norma
que rige en la lengua general hay abundantes ejemplos en esta misma obra).
2. El punto y coma es, de todos los signos de puntuación, el que
presenta un mayor grado de subjetividad en su empleo, pues, en muchos casos, es
posible optar, en su lugar, por otro signo de puntuación, como el punto y
seguido, los dos puntos o la coma; pero esto no significa que el punto y coma sea
un signo prescindible.
3. Usos
a) Para separar los elementos de una enumeración cuando se trata de
expresiones complejas que incluyen comas:
Cada grupo irá por un lado
diferente: el primero, por la izquierda; el segundo, por la derecha; el
tercero, de frente.
Se dieron cita el
presidente ejecutivo, Francisco Ruiz; el consejero delegado, Pedro García; el
vocal, Antonio Sánchez; y el secretario general, Juan González.
Cuando el último elemento
de la relación va precedido por una conjunción, delante de esta puede usarse
también la coma.
b) Para separar oraciones
sintácticamente independientes entre las que existe una estrecha relación
semántica:
Era necesario que el
hospital permaneciese abierto toda la noche; hubo que establecer turnos.
Todo el mundo a casa; ya
no hay nada más que hacer.
En la mayor parte de estos
casos, se podría utilizar el punto y seguido. La elección de uno u otro signo
depende de la vinculación semántica que quien escribe considera que existe
entre los enunciados. Si el vínculo se estima débil, se prefiere usar el punto
y seguido; si se juzga más sólido, es conveniente optar por el punto y coma.
También se podrían usar los dos puntos, puesto que casi siempre subyacen las
mismas relaciones que expresan estos cuando conectan oraciones.
c) Se escribe punto y coma
delante de conectores de sentido adversativo, concesivo o consecutivo, como pero, mas, aunque, sin embargo, por
tanto, por consiguiente, etc.,
cuando las oraciones que encabezan tienen cierta longitud: Los jugadores se entrenaron
intensamente durante todo el mes; sin embargo, los resultados no fueron los que
el entrenador esperaba.
Si el período encabezado
por la conjunción es corto, se usa la coma; y si tiene una extensión
considerable, es mejor utilizar el punto y seguido:
Vendrá, pero tarde.
Este año han sido muy
escasos los días en que ha llovido desde que se sembraron los campos. Por
consiguiente, lo esperable es que haya malas cosechas y que los agricultores se
vean obligados a solicitar ayudas gubernamentales.
d) Se pone punto y coma detrás de cada uno de los elementos de una
lista o relación cuando se escriben en líneas independientes y se inician con
minúscula, salvo detrás del último, que se cierra con punto:
Conjugaciones en español:
— verbos terminados en -ar (primera conjugación);
— verbos terminados en -er (segunda
conjugación);
— verbos terminados en -ir (tercera
conjugación).
4. El plural del nombre punto
y coma es invariable: Coloque las comas y los punto y
coma que considere necesarios en los siguientes enunciados. No obstante,
siempre puede recurrirse, para un plural inequívoco, a la anteposición del
sustantivo signos: Aquel texto
estaba plagado de signos de punto y coma.
raya. 1. Signo de puntuación
representado por un trazo horizontal (—) de mayor longitud que el
correspondiente al guion (-), con el cual no debe confundirse. Cuando se usan
dos rayas (una de apertura y otra de cierre) para introducir un inciso dentro
de un período más extenso, estas se escriben pegadas a la primera y a la última
palabra del período que enmarcan, y separadas por un espacio de la palabra o
signo que las precede o las sigue; pero si lo que sigue a la raya de cierre es
otro signo de puntuación, no se deja espacio entre ambos.
2. Usos
2.1. Para encerrar aclaraciones o incisos: Para él la fidelidad —cualidad que valoraba por encima
de cualquier otra— era
algo sagrado. Para esto pueden utilizarse también las comas o los paréntesis. Los incisos entre
rayas suponen un aislamiento mayor con respecto al texto en el que se insertan
que los que se escriben entre comas, pero menor que los que se escriben entre
paréntesis. La raya de cierre en los incisos no se suprime aunque detrás de
ella deba aparecer un punto o cualquier otro signo de puntuación:
Esperaba a Emilio —un gran amigo—. Lamentablemente, no vino.
Esperaba a Emilio —un gran amigo—, que, lamentablemente, no vino.
2.2. Para introducir una nueva aclaración o inciso en un texto ya
encerrado entre paréntesis: Si
desea más información sobre este tema (la bibliografía existente —incluso en español— es bastante extensa), deberá acudir
a otras fuentes. Para
intercalar algún dato o precisión en un inciso escrito entre rayas, han de
usarse los paréntesis: Venezuela —primer lugar de tierra firme
avistado por Colón en su tercer viaje a América (1498)— tenía, por aquel entonces, unos 300
000 habitantes.
2.3. En la reproducción escrita de un diálogo, la raya precede a la
intervención de cada uno de los interlocutores, sin que se mencione el nombre
de estos: —¿Cuándo volverás? —No
tengo ni idea. —¡No tardes
mucho! —No te preocupes.
Volveré lo antes posible. Normalmente,
en las novelas y otros textos de carácter narrativo, las intervenciones de cada
uno de los personajes se escriben en líneas distintas. Como se ve en el
ejemplo, no debe dejarse espacio de separación entre la raya y el comienzo de
cada una de las intervenciones.
2.4. En textos narrativos, la raya se utiliza también para introducir o
enmarcar los comentarios y precisiones del narrador a las intervenciones de los
personajes. En este uso debe tenerse en cuenta lo siguiente:
a) No se escribe raya de
cierre si tras el comentario del narrador no sigue hablando inmediatamente el
personaje: —Espero que todo salga bien —dijo
Azucena con gesto ilusionado. / A la mañana siguiente, Azucena se levantó
nerviosa.
b) Se escriben dos rayas, una
de apertura y otra de cierre, cuando las palabras del narrador interrumpen la
intervención del personaje y esta continúa inmediatamente después: —Lo
principal es sentirse viva —añadió
Pilar—. Afortunada o desafortunada, pero viva.
c) Cuando el comentario o
aclaración del narrador va introducido por un verbo de habla (decir, añadir,
asegurar, preguntar, exclamar, reponer, etc.),
su intervención se inicia en minúscula, aunque venga precedida de un signo de
puntuación que tenga valor de punto, como el signo de cierre de interrogación o
de exclamación: —¡Qué le vamos a hacer! —exclamó resignada doña Patro (y no —¡Qué le vamos a hacer!—Exclamó
resignada doña Patro). Si la intervención del personaje continúa tras las
palabras del narrador, el signo de puntuación que corresponda al enunciado
interrumpido se debe colocar tras la raya que cierra el inciso del narrador: —Está
bien —dijo Carlos—;
lo haré, pero que sea la última vez que me lo pides.
d) Cuando el comentario del
narrador no se introduce con un verbo de habla, las palabras del personaje
deben cerrarse con punto y el inciso del narrador debe iniciarse con mayúscula:
—No se moleste. —Cerró
la puerta y salió de mala gana. Si
tras el comentario del narrador continúa el parlamento del personaje, el punto
que marca el fin del inciso narrativo se escribe tras la raya de cierre: —¿Puedo
irme ya? —Se puso en pie
con gesto decidido—. No hace falta que me acompañe. Conozco el camino.
e) Si el signo de puntuación
que hay que poner tras el inciso del narrador son los dos puntos, estos se
escriben también tras la raya de cierre: —Anoche estuve en una fiesta —me confesó, y añadió—:
Conocí a personas muy interesantes.
2.5. Las rayas se usan también para enmarcar los comentarios del
transcriptor de una cita textual: «Es
imprescindible —señaló el
ministro— que se refuercen
los sistemas de control sanitario en las fronteras».
2.6. La raya sirve asimismo para introducir cada uno de los elementos
de una relación que se escriben en líneas independientes. En este caso, debe
dejarse un espacio en blanco entre la raya y el texto que sigue. A la hora de
puntuar este tipo de relaciones, hay dos opciones:
a) Escribir con inicial
minúscula cada uno de los conceptos, cerrando los enunciados con punto y coma,
excepto el último, que se cerrará con punto:
Las funciones del
lenguaje, según Jakobson, son seis:
— expresiva;
— fática;
— conativa;
— referencial;
— poética;
— metalingüística.
Cuando los elementos que
se relacionan son simples, como ocurre en el ejemplo anterior, es posible
eliminar la puntuación:
Las funciones del
lenguaje, según Jakobson, son seis:
— expresiva
— fática
— conativa
— referencial
— poética
— metalingüística
b) Escribir con inicial
mayúscula cada uno de los conceptos, cerrando los enunciados con punto, opción
recomendada cuando la relación se compone de enunciados completos:
Entre los rasgos del
castellano hablado en Aragón, sobresalen los siguientes:
— La entonación es claramente
ascendente y hay tendencia a alargar la vocal final.
— Se evita el acento en posición
esdrújula.
— El sufijo diminutivo dominante es -ico.
— Se emplea mucho la partícula pues.
La raya puede sustituirse,
en estos casos, por letras con paréntesis, números u otros signos.
2.7. En listas alfabéticas,
índices bibliográficos y otros repertorios, la raya al comienzo de una línea se
usa para indicar que en ese renglón se omite, para no repetirlo, un elemento
común ya expresado en la primera de sus menciones. También en este caso debe
dejarse un espacio en blanco después de la raya:
Verbos intransitivos
— irregulares
— regulares
— transitivos
Tras la raya de
sustitución no debe escribirse el signo de puntuación que sigue, si lo hubiere,
a la expresión sustituida; así, en el ejemplo siguiente, no deben escribirse
tras las rayas los dos puntos que sí aparecen, en la primera mención, tras el
nombre del autor:
Ortega
y Gasset, J.: Artículos (1917-33).
— Idea del teatro (1946).
— La rebelión de las masas (1930).
Género de los sustantivos.— Por el género, los sustantivos se
dividen en español en femeninos y masculinos. El género neutro no existe en
español. Decimos que un nombre es femenino o masculino cuando...
b) En la edición de obras
teatrales, para separar el nombre de cada uno de los personajes del texto de
sus intervenciones:
María.—¿Dónde vas?
Juan.—A dar una vuelta.
apóstrofo. Signo ortográfico auxiliar en forma de coma alta (’), que apenas
se usa en el español actual.
1. Como usos propios de la lengua española, se distinguen
principalmente dos:
a) Para indicar, en ediciones
actuales no modernizadas de textos antiguos, sobre todo poéticos, la elisión de
la vocal final de determinadas palabras (preposiciones, artículos,
conjunciones) cuando la que sigue empieza por vocal: d’aquel (por de
aquel), l’aspereza (por la
aspereza), qu’es (por que
es).
b) Para reflejar, en la
escritura, la supresión de sonidos que se produce en ciertos niveles de la
lengua oral. Aparece con frecuencia en textos literarios cuando el autor desea
reproducir el habla de personajes de escasa cultura: «Sacúdete el vestidito, m’ija,
pa’que se nos salga el mal agüero» (Hayen Calle [Méx. 1993]).
2. Se conserva en la reproducción de nombres o expresiones
pertenecientes a lenguas en las que se mantiene el uso moderno del apóstrofo,
como el catalán, el inglés, el francés o el italiano: L’Hospitalet de Llobregat,
O’Connor, c’est la vie, D’Annunzio.
3. Hay que evitar los siguientes usos del apóstrofo, ajenos al
español, y que se deben al influjo del inglés:
a) Cuando aparece en sustitución de las dos primeras cifras de un
año: ’82 por 1982. Si se desea hacer la abreviación, lo
que es frecuente en la expresión de acontecimientos relevantes celebrados en
ciertos años, no debe utilizarse el apóstrofo: Barcelona ’92 (Juegos Olímpicos). Basta con las dos
últimas cifras del año, que pueden unirse o no con guion a la palabra precedente: Barcelona 92 o Barcelona-92.
b) Cuando se usa, seguido de una s, para indicar el plural de una sigla: ONG’s. El plural de las siglas es invariable
en español: las ONG.
4. No debe utilizarse el apóstrofo para separar las horas de los
minutos: las 20’30 h. En este caso, se recomienda el empleo
del punto, aunque también se admiten los dos puntos.
5. Tampoco debe usarse para separar, en los números, la parte entera
de la parte decimal: 3’1416. En este caso ha de emplearse
preferentemente la coma, aunque también se admite el uso del punto.
6. No debe confundirse con apóstrofe (‘invocación vehemente’ e ‘insulto’).
asterisco. Signo ortográfico auxiliar en forma de estrella (*), que se coloca
en la parte superior del renglón. Se emplea en los casos siguientes:
a) Como signo de llamada para notas al margen o a pie de página (los
asteriscos de llamada pueden escribirse también encerrados entre paréntesis,
aunque hoy es raro):
Beethoven* compuso una
única ópera, titulada Fidelio**.
* Bonn, 1770-Viena, 1827.
** Estrenada en
Viena en 1805, durante la ocupación francesa de la ciudad.
Dado el efecto
antiestético que puede producir la acumulación de asteriscos en una misma
página, cuando haya necesidad de hacer varias llamadas, lo más recomendable es
utilizar números arábigos.
b) En obras de gramática, se utiliza para indicar que una determinada
construcción es «agramatical», es decir, imposible, por incumplir alguna de las
reglas del sistema de la lengua: *Sus estos ojos; *Quiero que yo vaya a París.
c) En informaciones o
comentarios etimológicos, sirve para indicar, antepuesto a una voz, que se
trata de un vocablo hipotético, fruto de una reconstrucción, cuya existencia se
supone aunque no se haya documentado por escrito: *bava, *appariculare.
barra. Signo ortográfico auxiliar, del que existen diversos tipos. 1. Barra (/). La barra propiamente dicha consiste en
una línea diagonal que se traza de arriba abajo y de derecha a izquierda. Se
usa en los casos siguientes:
a) Sustituye a una preposición en expresiones como 120 km/h [= kilómetros por hora], Real Decreto Legislativo 1/1995 de
24 de marzo [= primer decreto
de 1995], salario bruto 1800
euros/mes [= euros al mes].
En este uso se escribe sin separación alguna de los signos gráficos que une.
b) Colocada entre dos palabras, o entre una palabra y un morfema,
indica la existencia de dos o más opciones posibles. En este caso tampoco se
escribe entre espacios y puede sustituirse por paréntesis: El/los día/s pasado/s; Querido/a
amigo/a.
d) Se utiliza para separar la
mención de día, mes y año en la expresión numérica de las fechas: 15/2/2000, para lo que también pueden emplearse
guiones o puntos.
e) En obras lingüísticas, la
representación de los fonemas y las transcripciones fonológicas se encierran
entre barras: el fonema /s/,
/klábe/. Para las
transcripciones fonéticas se usan los corchetes.
f) También se emplea para
separar los versos en los textos poéticos que se reproducen en línea seguida.
En este caso, la barra se escribe entre espacios: «¡Si después de las alas de los
pájaros, / no sobrevive el pájaro parado! / ¡Más valdría, en verdad, / que se
lo coman todo y acabemos!» (Vallejo Poemas [Perú 1923-38]).
g) En las transcripciones de
portadas de textos antiguos, señala un cambio de línea en el original, y
también se escribe entre espacios: QVINTA
/ PARTE DE FLOR / DE ROMANCES NVE / uos, nunca hasta agora impressos.
h) En obras de ortografía, se
utiliza para marcar el final de renglón cuando se deben hacer indicaciones
sobre la división correcta de palabras a final de línea, o sobre la
conveniencia o no de separar en líneas diferentes determinadas palabras o
elementos: Las abreviaturas
compuestas de más de un elemento no podrán separarse en líneas diferentes; así,
será incorrecto separar S. /
M. por Su Majestad.
i) En matemáticas significa
‘dividido por’, tanto en las divisiones —uso en que equivale al símbolo ÷ o a
los dos puntos: 15/3 [= 15 ÷ 3 o 15 : 3; ‘quince dividido por tres’]—, como en
los quebrados o fracciones —uso en que equivale a la raya horizontal con la que
también se representa este tipo de números: 3/4 (‘tres cuartos’)—. La barra
debe escribirse pegada a los números.
j) En informática, se emplea
para separar las distintas páginas jerarquizadas de una dirección electrónica: http://www.rae.es/nivel1/adiccio.htm.
2. Barra doble (//). Se usa en los casos siguientes:
a) Para señalar el cambio de estrofa en los textos poéticos que se
reproducen en línea seguida. En este caso, se escribe entre espacios: «¡Más valdría, en verdad, / que se
lo coman todo y acabemos! // ¡Haber nacido para vivir de nuestra muerte!» (Vallejo Poemas [Perú 1923-38]).
b) Para indicar el cambio de párrafo o el cambio de página en las
ediciones de textos antiguos que ofrecen información sobre la disposición
formal del original. En este último caso, la doble barra va seguida del número
del folio o de la página correspondiente: [...] honrras e faziendas //35 destruyen
los que a sabiendas fazen pies de los costados. Como se ve, la doble barra se escribe
separada por un espacio del texto que se transcribe, y sin separación con
respecto al número que la acompaña.
c) En informática, separa la sigla del protocolo de comunicación
(normalmente http, del inglés hyper text transport protocol) de la dirección electrónica: http://www.rae.es.
3. Barra inversa (\). Se usa en algunos sistemas operativos para separar los nombres de
los diferentes directorios o carpetas jerarquizados: c:\consulta\acento\tilde.doc.
4. Barra vertical (|). Tiene diversos usos convencionales, entre los que cabe destacar
los siguientes:
a) En obras sobre
versificación clásica, separa los distintos pies métricos que componen los
versos.
b) En obras lingüísticas,
marca la existencia de una pausa menor dentro de un enunciado: Hay excepciones en eso | como
en todo.
5. Doble barra vertical (||). Suele usarse en los casos siguientes:
a) En diccionarios y otras
obras de carácter lexicográfico, para separar los distintos significados o
acepciones de las palabras o expresiones que se definen.
b) En la edición de textos
poéticos, para señalar la cesura o pausa interior del verso determinada por el
ritmo: «De los sos ojos || tan
fuertemientre llorando» (Cid [Esp. c1140]).
c) En obras lingüísticas,
para marcar la existencia de una pausa mayor dentro de un texto: Pedro se levantó temprano. || Antes
de salir, | se dio una ducha rápida.
diéresis. Signo ortográfico auxiliar, también llamado crema, representado por dos puntos (¨) que se
disponen horizontalmente sobre la vocal a la que afectan. En español tiene los
usos siguientes:
a) Debe colocarse obligatoriamente sobre la u para indicar que esta vocal ha de
pronunciarse en las combinaciones gue y gui:
vergüenza, pingüino. Debe
escribirse también sobre las letras mayúsculas: BILINGÜE, LINGÜÍSTICA. En
ediciones actuales de textos antiguos no modernizados, también puede
encontrarse este signo escrito sobre la u en las combinaciones que, qui, con esta misma finalidad: qüestión, qüistión (en lugar de la forma moderna cuestión).
b) En textos poéticos, la diéresis puede colocarse sobre la primera
vocal de un diptongo para indicar que las vocales que lo componen deben
pronunciarse en sílabas distintas; así, la palabra a la que afecta y, en
consecuencia, el verso en que aparece cuentan con una sílaba más a efectos
métricos: «¡Oh! ¡Cuán süave
resonó en mi oído / el bullicio del mundo y su rüido!» (Espronceda Diablo [Esp. 1840-41]). Esta licencia poética
se llama también diéresis.
guion2 o guión. Este signo ortográfico (-) no debe confundirse con la raya (—).
Ambos se representan por medio de un trazo horizontal, pero el guion es de una
longitud sensiblemente menor que la de la raya. Para la doble acentuación de
esta palabra. El guion se usa en los casos siguientes:
1. Como signo de unión entre palabras
u otros signos
Se utiliza, bien para
vincular, en determinados casos, los dos elementos que integran una palabra
compuesta (franco-alemán, histórico-crítico, bomba-trampa), bien para
expresar distintos tipos de relaciones entre palabras simples (relación
calidad-precio, dirección Norte-Sur, ferrocarril Madrid-Málaga), caso en
que funciona con valor de enlace similar al de una preposición o una
conjunción. En ambos casos, cada uno de los elementos unidos por el guion
conserva la acentuación gráfica que le corresponde como palabra independiente.
1.1. Puede unir nombres propios, nombres comunes y adjetivos:
1.1.1. Con los nombres propios, el guion se usa:
a) Para unir dos nombres de
pila, cuando el segundo de ellos puede confundirse con un apellido: Antonio-Marcos; o para formar apellidos compuestos por
la suma de dos simples: Sánchez-Cano.
b) Para establecer distintas
relaciones circunstanciales entre nombres propios: trasvase Tajo-Segura,
enfrentamiento Agassi-Sampras.
1.1.2. Con los nombres comunes, el guion se usa:
a) Para crear compuestos
ocasionales mediante la unión de dos sustantivos, de los cuales el segundo
actúa, en aposición, como modificador del primero, formando ambos un concepto
unitario: «Los dos nuevos
edificios eran “viviendas-puente” [...]. Servían para alojar durante dos
años —el tiempo que
tardaba la Administración en hacer casas nuevas— a las familias que perdían sus
pisos por grietas» (País@[Esp.]
7.3.00). Este tipo de compuestos puede escribirse también sin guion, con
espacio intermedio. Esto ocurre cuando la aparición conjunta de ambos
sustantivos se generaliza en el uso y el concepto unitario que ambos designan
pasa a formar parte del léxico asentado; así ha sucedido con expresiones como sofá cama, ciudad dormitorio,
hombre rana, etc., que el Diccionario académico recoge sin guion.
b) Para establecer relaciones
entre conceptos, que pueden ser fijas (kilómetros-hora, calidad-precio,
coste-beneficio), o bien circunstanciales (conversaciones
Gobierno-sindicatos). En estos casos el guion tiene un valor de enlace
similar al de una preposición o una conjunción (kilómetros por hora,
conversaciones entre Gobierno y sindicatos).
c) Con valor de conjunción
copulativa, para unir dos sustantivos que tienen un mismo referente: El director-presentador del
programa ha dimitido esta mañana. En
estos casos, es preferible el uso de la conjunción copulativa: El director y presentador...,
que expresa lo mismo y con igual economía de medios.
1.1.3. En lo que respecta a los adjetivos, es necesario distinguir el uso
del guion en la unión de gentilicios (adjetivos que denotan nacionalidad u
origen geográfico) y su empleo para unir otro tipo de adjetivos:
a) Cuando se trata de unir
dos gentilicios, pueden separarse con guion o escribirse unidos sin guion. Si
en el sustantivo al que se aplica el gentilicio compuesto se fusionan los
caracteres propios de cada uno de los elementos que lo forman, no se escribe
guion entre ellos: [ciudad] hispanorromana, [ciudadano] francocanadiense, [dialecto] navarroaragonés. En estos casos, el primer elemento del
compuesto pierde el acento gráfico, si le correspondía llevarlo como palabra
independiente: [escritor] italofrancés. Si lo que se desea es poner en
relación dos adjetivos gentilicios que conservan su referencia independiente,
se escribe guion entre ambos: [relaciones] germano-soviéticas, [frontera] chileno-argentina, [cumbre] luso-española. Aquí el guion funciona nuevamente con
valor de enlace similar al de una preposición o una conjunción, y, como se ve
en los ejemplos, el primer elemento permanece invariable, mientras que el
segundo concuerda en género y número con el sustantivo; además, cada elemento
conserva la acentuación gráfica que le corresponde como palabra independiente:
[película] ítalo-francesa.
En cualquiera de las dos situaciones, el primer gentilicio tiende a adoptar, si
la tiene, la variante en -o, basada en muchos casos en la forma
clásica (griega o latina) del gentilicio:hispano- (‘español’), luso- (‘portugués’), anglo- (‘inglés’), fino- (‘finés o finlandés’), austro- (‘austríaco’), etc.
b) Cuando se trata de aplicar
conjuntamente a un sustantivo dos adjetivos calificativos o relacionales, se
escribe guion intermedio entre ambos adjetivos cuando cada uno de ellos
conserva su forma plena: [análisis]lingüístico-literario, [lección] teórico-práctica, [cuerpos] técnico-administrativos. Como se ve en los ejemplos, el primer
adjetivo permanece invariable en forma masculina singular, mientras que el
segundo concuerda en género y número con el sustantivo al que se refiere, pero
ambos conservan la acentuación gráfica que les corresponde como palabras
independientes. Si el primer elemento no es ya un adjetivo independiente, sino
un elemento compositivo átono que funciona como forma prefija, se une sin guion
al segundo elemento: [análisis] morfosintáctico, [nivel] socioeconómico, [movimiento] anarcosindicalista.
1.2. Aunque normalmente los prefijos se unen directamente a la palabra
base (antinatural, prerrevolucionario, etc.),
cuando el prefijo precede a una sigla o a una palabra que comienza por
mayúscula, se escribe guion intermedio: anti-OTAN,
anti-Mussolini. Cuando se desea unir en coordinación dos prefijos asociados
a una misma palabra base, el primero de ellos se escribe de forma independiente
y con guion, para evidenciar su condición de forma prefija y evitar, al mismo
tiempo, la repetición de la base: Se
harán descuentos en casos de pre- o recontratación de servicios.
1.3. Existe un uso del guion que puede denominarse estilístico, ya que
se emplea con fines puramente expresivos:
a) Para separar el prefijo de
su base, cuando se desea hacer hincapié en el valor semántico del
precomponente: «Las danzas de
los areítos eran [...] miméticas, como lo son [...] las rituales, que constituyen una
presentación mágica, pre-presentación o re-presentación» (Ortiz Música [Cuba 1975]).
b) Para vincular varias
palabras que quien escribe desea presentar como un todo unitario. Este uso es
particularmente frecuente en textos filosóficos, para expresar conceptos
complejos: «Las dos
terminaciones ontológicas cardinales que en ella describe Sartre —ser-para-sí, ser-para-otro— tienen en el “ser-para” su
fundamento común» (Laín Teoría [Esp. 1983] 645).
1.4. El guion también puede unir otras combinaciones gráficas:
a) Números, sean arábigos o
romanos, para designar el espacio comprendido entre uno y otro: las páginas 23-45; durante los
siglos x-xii. En la expresión de períodos, los años
pueden estar escritos en su forma plena (1998-1999), o bien en forma abreviada,
con omisión de las dos primeras cifras (curso académico 71-72). También
es posible combinar la forma plena del primer año y la forma abreviada del
segundo, siempre y cuando las dos primeras cifras de ambos coincidan; así,
podrá escribirse temporada
1992-93, pero no temporada
1999-00 (en este caso habría
dos opciones válidas: temporada
1999-2000 o temporada 99-00). El guion se
emplea también en la expresión de las fechas, para separar los números
relativos al día, mes y año (este último puede expresarse, igualmente, en forma
plena o abreviada: 24-5-2000 o bien 24-5-00). Con esta misma
función puede utilizarse la barra e incluso el punto. Pueden usarse guiones
para separar las parejas o los tríos de las cifras que componen los números de
teléfono: 593-12-83, pero en estos casos es preferible la
separación mediante espacios en blanco: 593
12 83.
b) Letras (o palabras) y
números, o prefijos y números: DC-10 (modelo de avión), Barcelona-92 (Juegos Olímpicos celebrados en
Barcelona en 1992), sub-18 (categoría deportiva), super-8 (tipo de película cinematográfica),
etc.
2. Como signo de división de palabras a final de línea
Cuando, por motivos de
espacio, se deba dividir una palabra al final de una línea, se utilizará el
guion de acuerdo con las siguientes normas:
2.1. El guion no debe separar letras de una misma sílaba; por tanto, el
guion de final de línea debe ir colocado detrás de alguna de las sílabas que
componen la palabra: te- /
léfono, telé- / fono o teléfo- / no. Existe una excepción a esta regla,
pues en la división de las palabras compuestas de otras dos, o en aquellas
integradas por una palabra y un prefijo, se dan dos posibilidades:
a) Se pueden dividir coincidiendo con el silabeo de la palabra: ma- / linterpretar, hispa- /
noamericano, de- / samparo, rein- / tegrar.
b) Se pueden dividir separando sus componentes: mal- / interpretar, hispano- /
americano, des- / amparo, re- / integrar. Esta división solo es posible si
los dos componentes del compuesto tienen existencia independiente, o si el
prefijo sigue funcionando como tal en la lengua moderna; así, serían
incorrectas divisiones etimológicas como arz-
/ obispo, pen- / ínsula o arc-
/ ángel, puesto que arz-, pen- y arc- no son partículas que hoy puedan
considerarse prefijos. Tampoco es posible la división tras el prefijo si la
forma a la que aparece unido no es una palabra que pueda funcionar de manera
independiente; así, sería incorrecta una división como in- / erme (‘indefenso o sin armas’), puesto que
«erme» no quiere decir nada en español.
2.2. Dos o más vocales seguidas nunca se separan al final de renglón,
formen diptongo, triptongo o hiato: cau-
/ sa, y no ca- / usa; come- / ríais, y no comerí-
/ais. La única excepción se da si las vocales que van seguidas forman parte
de dos elementos distintos de una palabra compuesta: contra- / espionaje, hispano- /
americano.
2.3. Cuando la primera sílaba de una palabra es una vocal, no se dejará
esta letra sola al final del renglón: amis-
/ tad, y no a- / mistad. Si la vocal va
precedida de una h, sí puede dejarse esta primera sílaba a
final de línea: he- / rederos.
2.4. Para dividir con guion de final de línea las palabras que
contienen una h intercalada, se actuará como si esta
letra muda no existiese, aplicando las mismas reglas que para el resto de las
palabras; por lo tanto, no podrán romperse sílabas ni secuencias vocálicas,
salvo que se trate de palabras compuestas que cumplan los requisitos expuestos
en 2.1b: adhe- / rente (no ad-
/ herente), inhi- / birse (no in-
/ hibirse), in- / humano,
des- / hielo, co- / habitación; cohi-
/ bir (no co- / hibir), al- / cohol (no alco-
/ hol), prohí- / ben (no pro-
/ híben), vihue- / la (no vi-
/ huela); ahu- / mar,
alha- / raca. Hay una única restricción: en las palabras con hache
intercalada no podrá aplicarse ninguna regla general que dé como resultado la
presencia, a comienzo de renglón, de combinaciones gráficas extrañas; son,
pues, inadmisibles divisiones como desi-
/ nhibición, de- / shumanizar, clo- / rhidrato, ma- / hleriano, pues, aunque se atienen a la regla de
dividir las palabras por alguna de sus sílabas, dejan a principio de línea los
grupos consonánticos nh, sh,
rh, hl, ajenos al español.
2.5. Cuando la x va seguida de vocal, es indisociable
de esta en la escritura, de forma que el guion de final de línea debe colocarse
delante de la x: bo- / xeo,
Alei- / xandre. Si va seguida
de consonante, la x forma sílaba con la vocal precedente: ex- / traño, ex- / ceso.
2.6. En cuanto a la división a final de renglón de grupos de
consonantes, debe tenerse en cuenta lo siguiente:
a) Los dígrafos ch,
ll y rr no se pueden dividir con guion de
final de línea, ya que representan, cada uno de ellos, un solo sonido: ca- / lle, pe- / rro, pena- / cho.
La única excepción se da en el caso de que la grafía rrsea el resultado de añadir un
elemento compositivo prefijo terminado en -r (ciber-, hiper-, inter-, super-)
a una palabra que comienza por esta misma letra; en estos casos sí pueden
separarse las dos erres con guion de final de línea: ciber- / revolución, hiper- /
realismo, super- / rápido, inter- / racial, y no cibe-
/ rrevolución, hipe- /
rrealismo, inte- /
rracial, supe- / rrápido. Por otro lado, al dividir palabras que
contienen el dígrafo rr como resultado de añadir un prefijo u
otro precomponente terminado en vocal a una palabra que comienza por r- (infrarrojo, Villarreal,
vicerrector, etc.), si se
desea colocar el guion de final de línea entre los dos elementos del compuesto,
debe mantenerse la doble erre a comienzo de renglón, aunque el segundo elemento
del compuesto se escriba con una sola erre como palabra independiente: infra- / rrojo, Villa- / rreal,
vice- / rrector, y no infra- / rojo, Villa- / real, vice- / rector.
b) Cuando en una palabra aparecen dos consonantes seguidas, iguales o
diferentes, generalmente la primera pertenece a la sílaba anterior y la segunda
a la sílaba siguiente: con -
ten - to, es - pal - da, per - fec - ción.Son excepción los grupos formados
por una consonante seguida de l o r, como bl,
cl, fl, gl, kl, pl, br, cr, dr, fr, gr, kr, pr, tr, pues siempre inician sílaba y no
pueden separarse: de- /
clarar, redo- / blar, incum- / plir, su- / primir, con- / trariado. No obstante, cuando las secuencias br y bl surgen por la adición de un prefijo a
otra palabra, sí pueden separarse, puesto que cada consonante pertenece a una
sílaba distinta: sub- / rayar,
ab- / rogar, sub- / lunar.
c) La secuencia de
consonantes tl tiende a pronunciarse en sílabas
distintas en la mayor parte de la España peninsular y en Puerto Rico: at - las, at - le - ta; en el resto de Hispanoamérica
—especialmente en México y en los territorios donde se emplean con cierta
frecuencia voces de origen náhuatl, en las que este grupo es inseparable (tla
- co - te, cen - zon - tle)—, en Canarias y en algunas áreas españolas
peninsulares, ambas consonantes se pronuncian dentro de la misma sílaba: a - tlas, a - tle - ta.
Teniendo en cuenta estas diferencias, el grupo tl podrá separarse o no con guion de
final de línea dependiendo de si las consonantes que lo componen se articulan
en sílabas distintas o dentro de la misma sílaba: at- / leta, atle- / ta.
d) Cuando hay tres
consonantes seguidas dentro de una palabra, se reparten entre dos sílabas,
teniendo en cuenta la inseparabilidad de los grupos señalados como excepción,
que siempre inician sílaba y no pueden separarse, y los grupos formados por las
consonantes st, ls, ns, rs,
ds, bs, que siempre cierran
sílaba y tampoco deben separarse: ist-
/ mo, sols- / ticio, cons- / trucción, supers- / ticioso, ads- / cripción, abs-
/ tenerse. Así pues, la
tercera consonante que se haya sumado a estos grupos formará parte de la sílaba
anterior, en el caso de los grupos de consonante + r o l (→ b): con- / glomerado, des- / plazar,
con- / fraternizar;o de la posterior, en el caso de los grupos detallados
en este apartado: cons- /
tante, pers- / picaz.
e) Cuando las consonantes
consecutivas son cuatro, las dos primeras pertenecen a la primera sílaba y las
otras dos, a la siguiente, y así deben separarse: cons- / treñir, abs- / tracto, ads-
/ cribir.
2.7. Es preferible no dividir con guion de final de línea las palabras
procedentes de otras lenguas, a no ser que se conozcan las reglas vigentes para
ello en los idiomas respectivos.
2.8. Las abreviaturas y las siglas no se dividen nunca en renglones
diferentes. Solo los acrónimos que se han incorporado al léxico general pueden
dividirse con guion de final de línea: lá-
/ ser, ov- / nis.
2.9. Cuando coincide con el
final de línea un guion de los que se usan para formar compuestos, debe
repetirse este signo al comienzo de la línea siguiente, para evitar que quien
lee considere que la palabra compuesta se escribe sin guion: teórico- / -práctico, crédito- /
-vivienda. También es
necesaria esta repetición del guion en los usos estilísticos que hemos reseñado
en el párrafo 1.3. Por el contrario, de esta norma deben excluirse los nombres
y apellidos compuestos, ya que, en ese caso, la mayúscula inicial del segundo
componente indica de forma suficiente que el guion no es meramente indicativo
de final de línea, al no existir en español la posibilidad de insertar letras
mayúsculas dentro de una palabra: Calvo-
/ Sotelo no podría
interpretarse más que como la partición de Calvo-Sotelo, y nunca de *CalvoSotelo.
2.10. Las expresiones numéricas,
tanto en romanos como en arábigos, deben escribirse enteras dentro de la misma
línea: Juan XX- / III, 1 325 / 000 pts.
a) Es conveniente evitar las
particiones que generen voces malsonantes: Chi-
/ cago; o puedan dar lugar a
malentendidos: El Gobier- / no
aprobó la ley.
c) Se procurará evitar que,
al dividir una palabra, queden al final o al principio de renglón dos sílabas
iguales seguidas: Me dijo que
que- / ría ir al cine.
d) Después de punto y seguido
se procurará no dejar a final de línea una sílaba de menos de tres letras: El sábado fuimos de excursión. Co-
/ mimos en una tasca muy barata. Mejor: Comi- / mos...
e) La última línea de un
párrafo no deberá tener menos de cinco caracteres, sin contar el signo de
puntuación que corresponda.
3. Uso en obras de contenido
lingüístico
3.1. El guion se usa para marcar la separación entre las sílabas que
componen una palabra. En este caso, el guion se escribe siempre entre espacios
en blanco: ca - len - da -
rio.
3.2.1. Se escribe un guion
delante de un segmento de palabra (sílaba, morfema, elemento compositivo, etc.)
para indicar que va en posición final: -illo, -idad, -ar. En este caso,
si a la sílaba que precede a dicho segmento le corresponde llevar tilde, esta
se colocará sobre el guion: -´fago (litófago).
3.2.2. Si el guion se escribe
pospuesto a un segmento de palabra, se indica que dicho segmento va en posición
inicial: post-, re-, cant-.
3.2.3. Si un segmento de palabra
se escribe entre guiones, se indica que dicho segmento va en interior de
palabra: -ec-, -in-, -bl-.
llave. 1. Signo gráfico
constituido por dos líneas sinuosas que, al juntarse, forman una pequeña punta
en el centro. Se trata de un signo de los llamados dobles, ya que existe uno de
apertura ({) y otro de cierre (}), aunque en su aplicación principal se usa
únicamente uno de ellos.
2. Se utiliza
principalmente en cuadros sinópticos o esquemas, para abarcar varios elementos
—cada uno escrito en una línea diferente— que constituyen una enumeración a
partir de un concepto dado, que es el que genera la apertura de la llave.
Normalmente se emplea el signo de apertura, aunque en esquemas complejos pueden
combinarse ambos. El concepto a partir del cual se genera la llave se coloca en
el centro de esta, y en ningún caso deben escribirse dos puntos entre estos dos
elementos. Para resaltar los elementos abarcados por este signo pueden usarse
rayas o cualquier otro tipo de marcador:
Consonantes |
{
|
— Sordas
— Sonoras
|
Es posible utilizar
el signo de cierre, si a partir de los elementos que componen la clasificación
se quiere indicar el concepto que los abarca:
Paleolítico
Mesolítico Neolítico |
}
|
Edad de Piedra
|
3. También se
emplean las llaves para presentar alternativas en un determinado contexto:
Prometo |
{
|
venir mañana
que vendré mañana |
}
|
a la fiesta. |
Si se prefiere
presentar las alternativas escritas en línea seguida, estas deben separarse por
medio de barras: «Según la naturaleza del verbo en cuestión, presentan diversas
posibilidades [...]: Prometo {venir mañana/que vendré mañana}» (GDLE III
[Esp. 1999] 3893).
párrafo
(signo de). Signo ortográfico auxiliar
(§) que se usa, seguido de un número, o de series de números y letras, para
indicar divisiones internas dentro de los capítulos de una obra: § 12, § 32.2a; o para remitir o aludir a ellas: «La función deíctica y anafórica de
los pronombres, de que hablamos en el § 2.5.1b» (RAE Esbozo [Esp. 1973] 211). Debe dejarse siempre
un espacio entre el signo y la numeración que lo acompaña. Cuando se hace
referencia a más de un párrafo, el signo se duplica: «Para los compuestos con numerales,
véanse los §§ 2.9.3e y
2.9.5c» (RAE Esbozo [Esp. 1973] 141).
tilde2. Signo ortográfico auxiliar con el
que, según determinadas reglas, se representa en la escritura el acento
prosódico; por ello, la tilde recibe también los nombres de acento
gráfico u ortográfico. En español consiste en una rayita
oblicua que, colocada sobre una vocal, indica que la sílaba de la que forma
parte es tónica. La tilde debe trazarse siempre de derecha a izquierda, esto
es, como acento agudo (´), y no de izquierda a derecha (`), trazo que
corresponde al acento grave, que carece de uso en español: camión, no camiòn. El
uso de la tilde se atiene a una serie de reglas que se detallan a continuación
y que afectan a todas las palabras españolas, incluidos los nombres propios.
Sobre la acentuación de palabras de origen extranjero.
1. Reglas generales de acentuación
1.1. Polisílabos. La acentuación
gráfica de las palabras de más de una sílaba se atiene a las reglas siguientes:
1.1.1. Las palabras
agudas llevan tilde cuando terminan en -n, en -s o
en vocal: balón, compás, café, colibrí, bonsái; pero si
terminan en -s precedida de otra consonante, se escriben sin
tilde: zigzags, robots, tictacs. Tampoco llevan tilde las palabras
agudas que terminan en -y, pues esta letra se considera
consonante a efectos de acentuación: guirigay, virrey, convoy, estoy.
1.1.2. Las palabras
llanas llevan tilde cuando no terminan en -n, en -s o
en vocal: clímax, hábil, tándem. También se acentúan cuando
terminan en -s precedida de otra consonante: bíceps,
cómics, fórceps; y cuando terminan en -y, pues esta
letra se considera consonante a efectos de acentuación: póney, yóquey.
1.1.3. Las palabras
esdrújulas y sobresdrújulas siempre llevan tilde: cántaro, mecánica,
cómetelo, llévesemelo.
1.2. Monosílabos. Las palabras de
una sola sílaba no se acentúan nunca gráficamente, salvo en los casos de tilde
diacrítica: mes, bien, fe, fui, pan, vio. Puesto que,
dependiendo de distintos factores, una misma secuencia de vocales puede
articularse como diptongo o como hiato, para saber si una palabra es o no
monosílaba desde el punto de vista ortográfico, hay que tener en cuenta que
algunas combinaciones vocálicas se consideran siempre diptongos a efectos de
acentuación gráfica, sea cual sea su pronunciación. En concreto, toda
combinación de vocal abierta (a, e, o) + vocal cerrada (i, u), o
viceversa, siempre que la cerrada no sea tónica, así como la combinación de dos
vocales cerradas distintas, han de considerarse diptongos desde el punto de
vista ortográfico. Esta convención es una de las novedades introducidas en
la Ortografía académica de 1999. Por eso, algunas palabras que
antes de esta fecha se consideraban bisílabas pasan ahora a ser consideradas
monosílabas a efectos de acentuación gráfica, por contener alguna de las
secuencias vocálicas antes señaladas, y, como consecuencia de ello, deben
escribirse sin tilde. Estas palabras son formas verbales como crie,
crio, criais, crieis (de criar); fie, fio, fiais,
fieis (de fiar); flui, fluis (de fluir); frio,
friais (de freír); frui, fruis (de fruir); guie,
guio, guiais, guieis (de guiar); hui, huis (de huir); lie,
lio, liais, lieis (de liar); pie, pio, piais,
pieis (de piar); rio, riais (de reír);
los sustantivos guion, ion, muon, pion, prion, ruan y truhan; y,
entre los nombres propios, Ruan y Sion. No
obstante, es admisible acentuar gráficamente estas palabras, por ser agudas
acabadas en -n, -s o vocal, si quien escribe articula
nítidamente como hiatos las secuencias vocálicas que contienen y, en
consecuencia, las considera bisílabas: fié, huí, riáis, guión, truhán, etc.
La pronunciación monosilábica es predominante en amplias zonas de
Hispanoamérica, especialmente en México y en el área centroamericana, mientras
que en otros países americanos como la Argentina, el Ecuador, Colombia y
Venezuela, al igual que en España, es mayoritaria la pronunciación bisilábica.
2. Reglas de acentuación de palabras con
diptongos, hiatos y triptongos
En la descripción de
diptongos, hiatos y triptongos se utilizará la clasificación de las vocales
en abiertas (a, e, o) y cerradas (i,
u).
2.1. Diptongos
2.1.1. Diptongos
ortográficos. A efectos de acentuación gráfica, se consideran
diptongos las secuencias vocálicas siguientes:
a) Vocal abierta +
vocal cerrada o, en orden inverso, vocal cerrada + vocal abierta, siempre que
la cerrada no sea tónica: amáis, peine, alcaloide,
aplauso, Eugenio, estadounidense; suave, huevo,
continuo, confiado, viento, canción.
b) Dos vocales
cerradas distintas: huida, ciudad, jesuítico,
veintiún, diurno, viudo.
2.1.2. Acentuación
de palabras con diptongo. Las palabras con diptongo se acentúan
siguiendo las reglas generales de acentuación. Así, vio no lleva
tilde por ser monosílaba; bonsái la lleva por ser aguda terminada
en vocal, y huésped, por ser llana terminada en
consonante distinta de -n o -s; superfluo, cuentan y viernes se
escriben sin tilde por ser llanas terminadas en vocal, -n y -s, respectivamente;
y cuáquero y lingüístico se tildan
por ser esdrújulas.
2.1.3. Colocación
de la tilde en los diptongos
a) En los
diptongos formados por una vocal abierta tónica y una cerrada átona, o
viceversa, la tilde se coloca sobre la vocal abierta: adiós,
después, marramáu, soñéis, inició, náutico,
murciélago, Cáucaso.
b) En los
diptongos formados por dos vocales cerradas, la tilde se coloca sobre la
segunda vocal: acuífero, casuística, demiúrgico,
interviú.
2.2. Hiatos
2.2.1. Hiatos
ortográficos. A efectos de acentuación gráfica, se consideran hiatos
las combinaciones vocálicas siguientes:
a) Dos vocales
iguales: afrikáans, albahaca, poseer, dehesa,
chiita, microondas, duunviro.
b) Dos vocales
abiertas: anchoa, ahogo, teatro, aéreo,
eólico, héroe.
c) Vocal cerrada
tónica + vocal abierta átona o, en orden inverso, vocal abierta átona + vocal
cerrada tónica: alegría, acentúa, insinúe, enfríe, río, búho; raíz,
baúl, transeúnte, reír, oír.
2.2.2. Acentuación
de las palabras con hiato
a) Las palabras
con hiato formado por dos vocales iguales, o por dos vocales abiertas
distintas, siguen las reglas generales de acentuación. Así, creó
y deán llevan tilde por ser agudas terminadas en vocal
y en -n, respectivamente, mientras que poseer y peor, también
agudas, no la llevan por terminar en consonante distinta de -n o -s;
bóer y Sáez llevan tilde por ser llanas
terminadas en consonante distinta de -n o -s, mientras
que bacalao, chiita, vean y anchoas no
la llevan por ser llanas terminadas en vocal, -n y -s, respectivamente; océano,
coágulo y zoólogo se tildan por ser
esdrújulas.
b) Las palabras
con hiato formado por una vocal cerrada tónica y una vocal abierta átona, o por
una vocal abierta átona y una cerrada tónica, siempre llevan tilde sobre la
vocal cerrada, con independencia de que lo exijan o no las reglas generales de
acentuación: armonía, grúa, insinúe, dúo, río, hematíe, laúd,
caída, raíz, feúcho, cafeína, egoísmo, oír. La
presencia de una hache intercalada no exime de la obligación de tildar la vocal
tónica del hiato: búho, ahíto, prohíbe.
2.3. Triptongos
2.3.1. Triptongos
ortográficos. Cualquier grupo de tres vocales formado por una vocal
abierta situada entre dos vocales cerradas, siempre que ninguna de las vocales
cerradas sea tónica, se considera un triptongo a efectos de acentuación
gráfica: averiguáis, buey, Paraguay, vieira,
confiáis, opioide.
2.3.2. Acentuación
de palabras con triptongo. Las palabras con triptongo siguen las
reglas generales de acentuación. Así, lieis no lleva
tilde por ser monosílaba (aunque pueda llevarla si se articula como
bisílaba; continuéis y despreciáis la
llevan por ser agudas terminadas en -s, mientras que biaural y Uruguay,
que también son agudas, no se tildan por terminar en consonante distinta
de -n o -s; tuáutem lleva tilde por
ser llana terminada en consonante distinta de -n o -s, mientras
que vieira y opioide no la
llevan por ser llanas terminadas en vocal.
2.3.3. Colocación
de la tilde en los triptongos. La tilde va siempre sobre la vocal
abierta: consensuéis, habituáis, tuáutem.
3. Tilde diacrítica
Se llama tilde
diacrítica al acento gráfico que permite distinguir palabras con idéntica
forma, pero que pertenecen a categorías gramaticales diferentes. En general,
llevan tilde diacrítica las formas tónicas (las que se pronuncian con acento
prosódico o de intensidad) y no la llevan las formas átonas (las que carecen de
acento prosódico o de intensidad dentro de la cadena hablada. Hay algunas
excepciones, como es el caso de los nombres de las letras te y de y
los de las notas musicales mi y si, que,
siendo palabras tónicas, no llevan tilde (al igual que las respectivas formas
átonas: la preposición de, el pronombre personal te, el
adjetivo posesivo mi y la conjunción si); o la
palabra más, que aunque tiende a pronunciarse átona cuando se
usa con valor de adición o suma (dos más dos son cuatro) se escribe con
tilde. En otras ocasiones, la tilde diacrítica tiene como función evitar dobles
sentidos (anfibologías), como en el caso de los demostrativos este, ese y aquel
o de la palabra solo. Salvo en estos dos últimos casos, la tilde
diacrítica no distingue parejas de palabras de igual forma y que siempre son
tónicas; así, di es forma del verbo decir y
del verbo dar; fue y fui, son formas del
verbo ir y del verbo ser; vino es forma del
verbo venir y un sustantivo, etc.
3.1. Tilde
diacrítica en monosílabos. Muchos de los usos de la tilde diacrítica
en español afectan a palabras de una sola sílaba:
Tilde
diacrítica en monosílabos*
|
|||
de
|
preposición:
Hace pajaritas de papel.
sustantivo (‘letra’):
Le bordó una de en el pañuelo.
|
dé
|
forma del verbo dar:
Dé recuerdos a su hija de mi
parte.
|
el
|
artículo:
El problema está resuelto.
|
él
|
pronombre personal:
Él se hace responsable.
|
mas
|
conjunción adversativa:
Lo sabía, mas no dijo nada.
|
más
|
adverbio, adjetivo o pronombre:
Tu coche es más rápido que el mío.
Ponme más azúcar en el café.
No quiero más.
conjunción con valor de suma o
adición:
Tres más cuatro son siete.
sustantivo (‘signo
matemático’):
En esta suma falta el más.
|
mi
|
adjetivo posesivo:
Andrés es mi amigo.
sustantivo (‘nota musical’):
Empieza de nuevo en el mi.
|
mí
|
pronombre personal:
Dámelo a mí.
Me prometí a mí misma no volver a hacerlo.
|
se
|
pronombre, con distintos
valores:
Se lo compré ayer.
Juan se mancha mucho.
Se casaron por la iglesia.
Se arrepiente de sus
palabras.
El barco se hundió en pocos minutos.
indicador de impersonalidad:
Se duerme bien aquí.
indicador de pasiva refleja:
Se venden manzanas.
|
sé
|
forma del verbo ser o saber:
Sé bueno y pórtate bien.
Yo sé lo que ha pasado.
|
si
|
conjunción, con distintos
valores:
Si llueve, te mojarás.
Dime si lo hiciste.
¡Cómo voy a olvidarlo, si me lo has repetido veinte
veces!
Si será bobo...
¡Si está lloviendo!
sustantivo (‘nota musical’):
Compuso una melodía en si mayor.
|
sí
|
adverbio de afirmación:
Sí, estoy preparado.
pronombre personal reflexivo:
Vive encerrado en sí mismo.
sustantivo (‘aprobación o
asentimiento’):
Tardó varios días en dar
el sí al proyecto.
|
te
|
pronombre personal:
Te agradezco que vengas.
sustantivo (‘letra’):
La te parece aquí una ele.
|
té
|
sustantivo (‘planta’ e
‘infusión’):
Es dueño de una plantación
de té.
¿Te apetece un té?
|
tu
|
posesivo:
Dame tu dirección.
|
tú
|
pronombre personal:
Tú ya me entiendes.
|
* Se tratan fuera de
este cuadro otras parejas de monosílabos afectadas por la tilde diacrítica,
como qué/que, cuál/cual, cuán/cuan, quién/quien, porque forman
serie con palabras polisílabas. También se trata aparte el caso del par aún/aun, puesto
que esta palabra puede articularse como bisílaba o como monosílaba. Sobre el
uso de la tilde en la conjunción o.
3.2. Otros casos
de tilde diacrítica
3.2.1. Demostrativos. Los
demostrativos este, ese y aquel, con sus
femeninos y plurales, pueden ser pronombres (cuando ejercen funciones propias
del sustantivo): Eligió este; Ese ganará; Quiero dos de aquellas; o
adjetivos (cuando modifican al sustantivo): Esas actitudes nos
preocupan; El jarrón este siempre está estorbando. Sea cual sea la función
que desempeñen, los demostrativos siempre son tónicos y pertenecen, por su
forma, al grupo de palabras que deben escribirse sin tilde según las reglas de
acentuación: todos, salvo aquel, son palabras llanas
terminadas en vocal o en -s y aquel es aguda
acabada en -l. Por lo tanto, solo cuando en una oración exista
riesgo de ambigüedad porque el demostrativo pueda interpretarse en una u otra
de las funciones antes señaladas, el demostrativo llevará obligatoriamente
tilde en su uso pronominal. Así, en una oración como la del ejemplo siguiente,
únicamente la presencia o ausencia de la tilde en el demostrativo permite
interpretar correctamente el enunciado: ¿Por qué compraron aquéllos
libros usados? (aquéllos es el sujeto de la
oración); ¿Por qué compraron aquellos libros usados? (el
sujeto de esta oración no está expreso, y aquellos acompaña al
sustantivo libros). Las formas neutras de los demostrativos, es
decir, las palabras esto, eso y aquello, que
solo pueden funcionar como pronombres, se escriben siempre sin tilde: Eso
no es cierto; No entiendo esto.
3.2.2. Interrogativos
y exclamativos. Las palabras adónde, cómo, cuál, cuán, cuándo, cuánto,
dónde, qué y quién, que tienen valor interrogativo o
exclamativo, son tónicas y llevan tilde diacrítica. Introducen enunciados
directamente interrogativos o exclamativos: ¿Adónde vamos?; ¡Cómo te
has puesto!; ¡Qué SUERTE ha tenido!; ¿De
quién ha sido la idea?; o bien oraciones interrogativas o
exclamativas indirectas: Pregúntales dónde está el ayuntamiento; No tenían
qué comer; Imagínate cómo habrá crecido que no lo reconocí; Verá usted qué frío
hace fuera. Además, pueden funcionar como sustantivos: Se propuso
averiguar el cómo, el cuándo y el dónde de aquellos sucesos.
Estas mismas palabras
son átonas —salvo cual, que es siempre tónico cuando va
precedido de artículo— cuando funcionan como relativos o como conjunciones y,
por consiguiente, se escriben sin tilde: El lugar adonde vamos te
gustará; Quien mal anda, mal acaba; El que lo sepa que lo diga.
3.2.3. sólo/solo. La
palabra solo puede ser un adjetivo: No me gusta el
café solo; Vive él solo en esa gran mansión; o un adverbio: Solo
nos llovió dos días; Contesta solo sí o no. Se trata de una palabra llana
terminada en vocal, por lo que, según las reglas generales de acentuación, no
debe llevar tilde. Ahora bien, cuando esta palabra pueda interpretarse en un
mismo enunciado como adverbio o como adjetivo, se utilizará obligatoriamente la
tilde en el uso adverbial para evitar ambigüedades: Estaré solo un mes (al
no llevar tilde, solo se interpreta como adjetivo: ‘en
soledad, sin compañía’); Estaré sólo un mes (al llevar
tilde, sólo se interpreta como adverbio: ‘solamente, únicamente’);
también puede deshacerse la ambigüedad sustituyendo el adverbio solo por
los sinónimos solamente o únicamente.
3.2.4. aún/aun. Este adverbio oscila en su
pronunciación entre el hiato [a - ún] y el diptongo [aun], dependiendo de
diferentes factores: su valor semántico, su situación dentro del enunciado, la
mayor o menor rapidez o énfasis con que se emita, el origen geográfico del
hablante, etc. Dado que no es posible establecer una correspondencia unívoca
entre los usos de esta palabra y sus formas, monosílaba (con diptongo) o
bisílaba (con hiato), es preferible considerarla un caso más de tilde
diacrítica.
a) La
palabra aún lleva tilde cuando puede sustituirse por todavía (tanto
con significado temporal como con valor ponderativo o intensivo) sin alterar el
sentido de la frase: Aún la espera; Este modelo tiene aún más potencia;
Tiene una biblioteca de más de cinco mil volúmenes y aún se queja de tener
pocos libros; Aún si se notara en los resultados..., pero no creo que mejore;
Ahora que he vuelto a ver la película, me parece aún más genial.
b) Cuando se
utiliza con el mismo significado que hasta, también, incluso (o siquiera, con
la negación ni), se escribe sin tilde: Aprobaron todos, aun
los que no estudian nunca; Puedes quejarte y aun negarte a venir, pero al final
iremos; Ni aun de lejos se parece a su hermano. Cuando la
palabra aun tiene sentido concesivo, tanto en la locución
conjuntiva aun cuando, como si va seguida de un adverbio o de
un gerundio, se escribe también sin tilde: Aun cuando no lo pidas [=
aunque no lo pidas], te lo darán; Me esmeraré, pero aun así [=
aunque sea así], él no quedará satisfecho; Me referiré, aun brevemente [=
aunque sea brevemente], a su obra divulgativa; Aun conociendo [=
aunque conoce] sus limitaciones, decidió intentarlo.
4. Acentuación de palabras y expresiones
compuestas
4.1. Palabras
compuestas sin guion. Las palabras compuestas escritas sin guion
entre sus formantes se pronuncian con un único acento prosódico (a excepción de
los adverbios en -mente, que tienen dos. Este acento, que
recae sobre la sílaba tónica del último elemento, es el que se tiene en cuenta
a efectos de acentuación gráfica; por tanto, las palabras compuestas se
comportan como las palabras simples y siguen las reglas de acentuación, con
independencia de cómo se acentúen gráficamente sus formantes por
separado: dieciséis (diez + y + seis)
se escribe con tilde por ser palabra aguda terminada en -s; baloncesto (balón + cesto)
no lleva tilde por ser palabra llana terminada en vocal; y vendehúmos (vende + humos)
sí la lleva para marcar el hiato de vocal abierta átona y cerrada tónica.
4.2. Adverbios
en -mente. Los adverbios terminados en -mente se pronuncian, de
forma natural y no enfática, con dos sílabas tónicas: la que corresponde al
adjetivo del que derivan y la del elemento compositivo -mente (LENtaMENte).
Estas palabras conservan la tilde, si la había, del adjetivo del que
derivan: fácilmente (de fácil), rápidamente (de rápido);
pero cordialmente (de cordial), bruscamente (de brusco).
4.3. Formas
verbales con pronombres enclíticos. Los pronombres personales me,
te, lo(s), la(s), le(s), se, nos, os son palabras átonas que se
pronuncian necesariamente ligadas al verbo, con el que forman un grupo
acentual: si preceden al verbo se llaman proclíticos; si lo siguen, enclíticos.
Al contrario que los proclíticos, los pronombres enclíticos se escriben
soldados al verbo: mírame, dilo, dáselo (pero me miró,
lo dijo, se lo di). A diferencia de lo establecido en normas ortográficas
anteriores, a partir de la Ortografía académica de 1999 las
formas verbales con enclíticos deben acentuarse gráficamente siguiendo las
reglas de acentuación; así, formas como estate, suponlo, deles se
escriben ahora sin tilde por ser palabras llanas terminadas en vocal o en -s, mientras
que déselo, léela, fíjate llevan tilde por ser esdrújulas,
y oídme, salíos, reírte, por contener un hiato de vocal
cerrada tónica y vocal abierta átona. Las formas del imperativo de segunda
persona del singular propias del voseo siguen, igualmente, las reglas de
acentuación; así, cuando se usan sin enclítico, llevan tilde por ser palabras
agudas terminadas en vocal: pensá, comé, decí; cuando van
seguidas de un solo enclítico, pierden la tilde al convertirse en llanas
terminadas en vocal (decime, andate, ponelo) o en -s (avisanos,
buscanos) y, si van seguidas de más de un enclítico, llevan tilde por
tratarse de palabras esdrújulas: decímelo, ponételo.
4.4. Palabras
compuestas con guion. Las palabras unidas entre sí mediante un
guion, sean del tipo que sean y con independencia de cómo se pronuncien,
siempre conservan la acentuación gráfica que corresponde a cada uno de los
términos por separado: Sánchez-Cano, germano-soviético,
teórico-práctico.
4.5. Expresiones compuestas escritas en varias palabras. En las
expresiones formadas por palabras que se escriben separadamente, pero
constituyen una unidad fónica y léxica, se conserva siempre la acentuación
gráfica independiente de cada uno de sus componentes:
a) Antropónimos
compuestos. Los nombres propios de persona que se combinan entre sí para formar
un antropónimo compuesto se escriben normalmente separados y sin guion
intermedio. Aunque en la pronunciación solo suele ser tónico el segundo
nom-bre, ambos conservan su acentuación gráfica independiente: José
Luis [joseluís], María José [mariajosé].
b) Numerales
formados por varias palabras. Conservan la acentuación gráfica que corresponde
a cada una de las palabras que los componen, con independencia de que, en su
pronunciación, la primera de ellas sea normalmente átona: veintidós mil [beintidosmíl], cuarenta
y seis [kuarentaiséis], vigésimo séptimo [bijesimoséptimo]
(en los casos en que es posible escribir el numeral en una o en dos palabras,
como ocurre con los ordinales correspondientes a la serie del veinte, el primer
elemento pierde la tilde cuando el ordinal se escribe en una sola
palabra: vigesimoséptimo.
5. Acentuación de voces y expresiones latinas
5.1. Las voces y
expresiones latinas utilizadas corrientemente en español se someten a las
reglas de acentuación: tedeum (sin tilde, por ser palabra
aguda terminada en -m); quórum (con tilde, por ser
palabra llana terminada en -m); hábeas corpus (hábeas lleva
tilde por ser una palabra esdrújula, mientras que corpus no la
lleva por ser llana terminada en -s).
5.2. Las palabras
latinas usadas en el nombre científico de las categorías taxonómicas de
animales y plantas (especie, género, familia, etc.) se escriben siempre sin
tilde, por tratarse de nomenclaturas de uso internacional: Rana
sphenocephala, Quercus ilex, familia Pongidae.
6. Acentuación de palabras extranjeras
6.1. Palabras extranjeras no adaptadas. Los
extranjerismos que conservan su grafía original y no han sido adaptados (razón
por la cual se deben escribir en cursiva, en los textos impresos, o entre
comillas, en la escritura manual), así como los nombres propios originarios de
otras lenguas (que se escriben en redonda), no deben llevar ningún acento que
no tengan en su idioma de procedencia, es decir, no se someten a las reglas de
acentuación del español: disc-jockey, catering, gourmet, Wellington,
Mompou, Düsseldorf.
6.2. Palabras extranjeras adaptadas. Las palabras de
origen extranjero ya incorporadas al español o adaptadas completamente a su
pronunciación y escritura, incluidos los nombres propios, deben someterse a las
reglas de acentuación de nuestro idioma: béisbol, del
ingl. baseball; bidé, del fr. bidet; Milán, del
it. Milano; Icíar, del eusk. Itziar. Las
transcripciones de palabras procedentes de lenguas que utilizan alfabetos no
latinos, incluidos los nombres propios, se consideran adaptaciones y deben
seguir, por tanto, las reglas de acentuación: glásnost, Tolstói, Taiwán.
7. Acentuación de letras mayúsculas
Las letras
mayúsculas, tanto si se trata de iniciales como si se integran en una palabra
escrita enteramente en mayúsculas, deben llevar tilde si así les corresponde
según las reglas de acentuación: Ángel, PROHIBIDO PISAR EL CÉSPED. No
se acentúan, sin embargo, las mayúsculas que forman parte de las siglas.
8. Acentuación de abreviaturas, acrónimos, siglas
y símbolos.
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es muy importante tener y mantener un buen léxico
ResponderEliminarBuen blog, gracias
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ResponderEliminarMUY EXCELENTE NOS SIRVE COMO APOYO PARA ORIENTARNOS REFERENTE AL USO Y MANEJO DE LOS SIGNOS GRAMATICALES. MIS FELICITACIONES A UD MAESTRO.
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